La regla milagrosa que me ha permitido tener mi casa siempre ordenada sin esfuerzo
En un tiempo récord lograrás sentirte mejor y crear un hábito que nunca se te olvidará.
El orden en tu alrededor influye en tu salud. No son pocos los especialistas que insisten en ello. Y seguramente lo has comprobado. El orden físico facilita tu orden mental. Tener las cosas ordenadas a es un primer paso para ordenar tu cabeza. Ya dejando de lado el tema de la limpieza y la higiene que, obviamente se facilita mucho teniendo la casa ordenada. Por lo tanto, la idea es encontrar algunas reglas sencillas que te faciliten la vida y te ayuden a recurrir a ese orden cada vez que sea necesario.
Por ejemplo, la psicóloga Laura Palomares, de Avance Psicólogos, explicó en un artículo de Vogue que “el hecho de que el espacio esté más diáfano y con menos estímulos provoca calma y concentración". "Soltar y desprendernos de lo que no necesitamos acaba siendo liberador y genera sensación de control y orden mental”, afirma Palomares.
Además, esta experta resalta que el desorden representa un asunto inacabado para el cerebro y el ruido visual afecta a nivel cerebral. “La corteza visual de una persona se ve abrumada por objetos que no están relacionados con una tarea en particular (ese ruido visual del que ya hablamos), le hacen más difícil la concentración y la finalización de proyectos de manera eficiente. Para el cerebro, el desorden representa un asunto inacabado y esta falta de integridad a veces resulta muy estresante para ciertas personas. En esos casos el desorden es un factor que puede provocar una disminución de la concentración, confusión y tensión”, añade también la psicóloga Pilar Guerra.
Así las cosas, existen diversos métodos, expuestos por revistas e influencers especializados en enseñar a ordenar las habitaciones, como la famosa Marie Kondo, con sus famosos métodos publicados en varios libros y series de televisión. Pero cabe resaltar en unas pocas líneas uno de los más sencillos métodos que hay, la llamada regla del minuto.
El trasfondo de este método está en que hay muchas más probabilidades de que lo hagas porque sabes que sólo le vas a dedicar un minuto. Y eso sencillamente te llevará a hacerlo. Y consiste simplemente en poner a ordenar casi sin pensar lo que te dé tiempo en sólo un minuto. Primero piensa qué vas a ordenar que te de tiempo en esos segundos. Escoge y hazlo, sin pensar. Al minuto, para. Lo habrás hecho sin darte cuenta y de lo que sí te vas a dar cuenta al haberlo concluido es la cantidad de cosas que puedes ordenar en sólo un minuto.
Por ejemplo, en el salón, colocando los cojines, llevando los vasos a la cocina, colocando las sillas en su sitio y todo organizado. O en la cocina, seguramente no te lleve más meter todo en el lavaplatos, limpiar las encimeras y ordenar los paños. Son sólo algunos ejemplos, a los que puedes añadir desde ordenar tu cuarto y tu baño, etcétera.
Así te darás cuenta de que con sólo dedicarle un minuto cuanto tengas un hueco, siempre puedes tener todo en orden. Y verás los beneficios que tendrá en tu salud, como decían antes las expertas, y en tu organización diaria.