La salud mental se hace arte: el espectacular mural en una pared de Palma de Mallorca

"Vivir es un sufrimiento", "estoy agotado de seguir batallando" u "odio al tipo del espejo ocho días por semana" son testimonios heladores, pero que son la oscura realidad de millones de personas. Estas frases concretas no son inventadas, sino que pertenecen a 60 adolescentes de entre 13 y 17 años de Palma de Mallorca que sufren diversos problemas relacionados con la salud mental.

Aunque ahora la relevancia mediática de estas enfermedades es mayor que la que tenían hace una década, la salud mental, especialmente en los jóvenes, sigue siendo para muchos un tabú cuya frontera cuesta cruzar. Por ello y con el objetivo de darle más visibilidad, el artista urbano Abraham Calero ha realizado un proyecto que ha concluido con la colocación de un mural gigante en Palma de Mallorca. 

Este trabajo, llamado Ment-UP!, lo ha diseñado él y ha recibido la ayuda del IBSMIA (Instituto Balear de Salud Mental de la Infancia y Adolescencia) y el Ayuntamiento de la capital balear. 

Durante una jornada con jóvenes del IBSMIA vio que tenían una actividad en la que reflejaban sus sentimientos y cómo se sentían en un boceto de una cara. Le impresionó el trabajo y al momento vio las posibilidades que podía tener para la sociedad. 

"Había que sacarlo del ámbito hospitalario porque solo estaba sirviendo para que ellos se desahogaran y los profesores les analizaran, pero no para que la sociedad pudiera entender lo que pasa dentro de sus cabezas", describe Calero.

Durante varios días, analizó más de 200 dibujos y se dio cuenta que muchos de esos sentimientos se repetían, a pesar de que sus autores no habían tenido ningún tipo de contacto. "Relojes, heridas, manos que ahogan o señalas de socorro eran constantes", enumera.

Al final se quedó con seis, los que consideró más comunes y significativos, y para darle más realismo los trasladó sobre caras humanas elaboradas con inteligencia artificial. Una vez los tenía diseñado, los imprimió en blanco y negro para que los adolescentes del IBSMIA los fueran pintando, antes de colgarlo en la pared interior del Torrent de la Riera, entre las calles Andreu Torrens y Camí de Jesús. 

Ahogo, muerte, bipolaridad o brote psicótico está representados

En total, el mural lo componen seis rostros que significan seis emociones y sensaciones distintas. El niño de la izquierda con ojos y boca tapada representa la imposibilidad de comunicarse, mientras que la niña que tiene al lado habla de la sensación de angustia y ahogo, ya que la mano roja aprieta su cuello haciendo que su cabeza se ponga negra. 

"La dualidad de las emociones de estar contento y luego triste está simbolizada con un niña que tiene flores y sol a un lado de la cabeza y lluvia al otro. Después, está la relación con la muerte y el trastorno de alimentación, que es la calavera", prosigue.

Calero describe que los dos últimos lo componen una niña llorando por ser fea, algo que le impide a relacionarse con la gente, mientras que el último es un brote psicótico. "Este habla de esas emociones que solo puede verbalizar el que está sintiendo porque es muy difícil entender el hecho que te salgan ramas y raíces de los ojos", detalla Calero, que sí que señala que este es el proyecto más especial que ha hecho.

Las frases que aparecen junto a los dibujos también son de ellos. Durante tres meses, cuenta, pudieron dejar por escrito en un buzón sus sentimientos en frases para luego votar por las que más les representan. 

Otra de las características del proyecto es que tanto los dibujos como las frases son anónimos. "No he querido saber sus nombres. Son menores de edad con identidad protegida y lo que es interesante es la universalidad de los sentimientos", justifica. 

Además, el mural tiene dos lecturas, como si fuera una perfecta metáfora de cómo se ve la salud mental en la sociedad: "Una es cuando se ve al pasar por el puente, más superficial. La segunda es si bajas y lo ves desde abajo. Ahí ves la magnitud del tema, es decir, cuanto más te acercas y más profundizas, mejor lectura sacas".

"Tienen mucha vida y muchas ganas de vivir"

Durante todo el año de trabajo, Calero ha podido conocerlos y se ha dado cuenta de lo que repercuten estos problemas. La forma en la que lo cuenta lo dice todo. "Se remangan para pintar y ves cortes en sus brazos porque la autolesión está a la orden del día. También los problemas de alimentación", describe. Sin embargo, añade que estos adolescentes tiene "mucha vida y muchas ganas de vivir, de luchar y de que se les escuche".

El artista afirma que "la sociedad estigmatiza las enfermedades mentales y, mientras romperse una pierna lo vemos como normal, un problema de este tipo en muchas ocasiones no". 

Lo resume en una frase que le han repetido en varias ocasiones: "Ellos dicen que mientras el resto de niños de su edad se centran en aprender, ellos se centran en sobrevivir. Son estos matices los que te ponen la piel de gallina". 

También aprovecha para denunciar la dictadura de la felicidad en la que parece que tienen que vivir los niños y los adolescentes. "Nos pensamos que siempre están de buen rollo y son felices, pero dentro de sus cabezas hay infiernos importantes", sentencia.

Calero concluye esperando que este mural ayude normalizar la salud mental y que sea un granito de arena más para que la sociedad trate a estas personas de igual a igual.