La obra había sido realizada en homenaje a las víctimas del atentado yihadista de París, y ahí ha estado, recordándolas, hasta que los cacos se lo llevaron un una furgoneta.
El colectivo artístico se ha propuesto visibilizar la riqueza de este asentamiento ilegal, que hace frente a los prejuicios con dosis de "humanidad real".