Por qué el Océano Atlántico y Pacífico no pueden mezclarse
Un fenómeno de la naturaleza convertido en mito para el que la ciencia tiene una explicación.
En un mundo en el que la naturaleza acostumbra a regalarnos auténticos espectáculos visuales, el del encuentro de los océanos Atlántico y Pacífico es, posiblemente, uno de los más impactantes. Dos gigantes azules que abarcan casi el 50% de la superficie del planeta se tocan y dibujan una línea que, a primera vista, los mantiene separados.
Sin embargo, la realidad es más compleja y la ciencia tiene una explicación para dar sentido a un fenómeno que han recogido numerosos documentales dedicados a los océanos y que las redes sociales convertido en fábula. Porque la idea de que el Océano Atlántico y el Pacífico no se mezclan es un mito. De hecho, los dos están constantemente mezclándose, aunque no de una forma tan fluida como cabría esperar.
La salinidad del agua es uno de los principales factores que evita una mezcla instantánea entre el océano Atlántico y el Pacífico. La del Pacífico, más oscura, es más salada y densa, mientras que la del Atlántico contiene una proporción de agua dulce mayor. La diferencia de densidad permite que la dulce permanezca por encima de la salada durante un tiempo antes de mezclarse completamente. Además, el agua dulce del Atlántico viene cargada de sedimentos, lo que favorece la diferencia de color y, de ahí, que parezca que se dibuja una línea entre ambos océanos.
Además de la densidad y los sedimentos, otras diferencias importantes entre el océano Atlántico y el Pacífico son la resistencia de las moléculas y la resistencia a la tracción superficial. Estas propiedades también influyen la forma en la que se mezclan las aguas.
Las termoclinas, que son capas dentro de un cuerpo de agua o aire en la que la temperatura cambia rápidamente, también juegan un papel importante en este fenómeno y contribuyen a la separación visual entre ambos océanos.
Otro factor que dificulta la mezcla del agua es la forma en que las corrientes se encuentran en el Estrecho de Magallanes. Las del Océano Atlántico fluyen hacia el Pacífico, pero una cresta submarina las bloquea y crea un área de aguas turbulentas donde se mezclan ambos océanos.
A pesar de todo, la mezcla de las aguas de Océano Atlántico y Pacífico es importante para el medio ambiente porque ayuda a mantener el equilibrio de la vida marina, ya que se distribuyen nutrientes y sedimentos. La mezcla también ayuda a regular el clima de la Tierra, redistribuyendo el calor del ecuador a los polos.