Ni en Estados Unidos ni en China: el país remoto que cuenta con la base espacial más antigua del mundo
El Cosmódromo de Baikonur no solo es la base espacial más antigua del mundo, sino también una de las más activas.

En el vasto y remoto paisaje de Kazajistán, se encuentra una joya histórica de la exploración espacial: el Cosmódromo de Baikonur. Este lugar, que ha sido testigo de algunos de los momentos más significativos en la carrera espacial, sigue siendo un pilar fundamental en la exploración del cosmos. Desde su inauguración en 1955, Baikonur ha sido el punto de partida de innumerables misiones que han marcado hitos en la historia de la humanidad.
El Cosmódromo de Baikonur no solo es la base espacial más antigua del mundo, sino también una de las más activas. A pesar de su ubicación remota, ha mantenido su relevancia a lo largo de las décadas, adaptándose a los cambios políticos y tecnológicos. Este artículo explora la rica historia de Baikonur, sus procedimientos operativos y su impacto en la exploración espacial.
El Cosmódromo de Baikonur fue establecido el 2 de junio de 1955 por el Ministerio de Defensa de la Unión Soviética. Originalmente construido como una base de pruebas para misiles balísticos intercontinentales, rápidamente se convirtió en el centro neurálgico del programa espacial soviético. Situado cerca de la localidad de Tiuratam, en la provincia de Kyzylorda, Kazajistán, Baikonur se encuentra a unos 200 kilómetros al este del mar de Aral y al norte del río Syr Darya.
La elección del nombre "Baikonur" fue una estrategia deliberada para desviar la atención de Occidente, haciéndoles creer que la base estaba cerca de la ciudad minera de Baikonur, a unos 300 kilómetros al noreste del verdadero sitio. Esta táctica de desinformación fue parte integral de la Guerra Fría y la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Para operar en Baikonur, se requiere una serie de trámites y procedimientos específicos. Desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, el cosmódromo ha estado bajo el control de Rusia, aunque se encuentra en territorio kazajo. Actualmente, el gobierno de Kazajistán alquila las instalaciones a la Federación Rusa hasta el año 2050. Este acuerdo permite a Rusia continuar utilizando Baikonur para sus lanzamientos espaciales, mientras que Kazajistán recibe ingresos significativos por el arrendamiento.
Los procedimientos para realizar un lanzamiento desde Baikonur son rigurosos y detallados. Cada misión debe ser aprobada por Roscosmos, la agencia espacial rusa, y cumplir con una serie de requisitos técnicos y de seguridad. Las plataformas de lanzamiento, que incluyen la famosa Plataforma Gagarin, deben ser preparadas meticulosamente para cada lanzamiento. Esto implica una serie de pruebas y verificaciones para asegurar que todos los sistemas funcionen correctamente.
Baikonur ha sido el escenario de algunas de las misiones más emblemáticas de la historia espacial. El 4 de octubre de 1957, el Sputnik 1, el primer satélite artificial, fue lanzado desde Baikonur, marcando el inicio de la era espacial. El 12 de abril de 1961, Yuri Gagarin despegó desde la misma base en la misión Vostok 1, convirtiéndose en el primer ser humano en viajar al espacio. Otra misión histórica fue la de Valentina Tereshkova, la primera mujer en el espacio, quien despegó desde Baikonur el 16 de junio de 1963. Estas misiones no solo demostraron la capacidad tecnológica de la Unión Soviética, sino que también inspiraron a generaciones de científicos y exploradores espaciales.
El Cosmódromo de Baikonur cuenta con una infraestructura impresionante. Con una extensión de 90 kilómetros de este a oeste y 85 kilómetros de norte a sur, el cosmódromo alberga ocho plataformas de lanzamiento activas. Estas plataformas son capaces de lanzar una variedad de cohetes, incluyendo el Protón-K, Rókot, Soyuz-U, Mólniya-M, Tsyklón-2 y Zenit. Además de las plataformas de lanzamiento, Baikonur cuenta con instalaciones de apoyo que incluyen centros de control de misión, laboratorios de investigación y un museo que atrae a miles de visitantes cada año. Este museo ofrece una visión detallada de la historia del cosmódromo y de las misiones que han partido desde allí.
A pesar de los cambios políticos y tecnológicos, Baikonur sigue siendo un centro vital para la exploración espacial. Bajo la administración conjunta de Roscosmos y las Fuerzas Aeroespaciales Rusas, el cosmódromo continúa siendo un punto de lanzamiento clave para misiones comerciales, militares y científicas. Su proximidad a la Estación Espacial Internacional lo convierte en un lugar estratégico para el envío de suministros y tripulaciones.