El motivo por el que nunca subirás a un avión por el lado derecho
Tiene su origen en los barcos.
Subirse a un avión es para muchas personas un momento muy esperado (y para otras muy temido). Sin embargo, ambos tipos de persona, las que aman y las que odian volar, comparten algo: se suben al avión de la misma forma, por el lado izquierdo.
Y no, el motivo no es que subirse a un avión comercial por la izquierda dé más suerte o que exista algún tipo de superstición por parte de las aerolíneas. Detrás del hecho de que los pasajeros nunca accedan a la aeronave por el lado derecho hay otras explicaciones técnicas.
Según recoge el medio estadounidense especializado en información turística AFAR, esta costumbre inamovible de acceder a los aviones por la izquierda tiene su origen en los barcos.
Michael Oakley, editor jefe de The Aviation Historian (revista que investiga la historia de la aviación) ha explicado en declaraciones a AFAR que “gran parte de la terminología aeronáutica tuvo su origen en la tradición marítima y, de manera similar, las formas aeronáuticas de hacer las cosas le deben mucho a la navegación”.
“Así como los barcos y los barcos tienen un lado de babor (el lado del barco convencionalmente adyacente al muelle cuando está en el puerto), los aviones son iguales. Con sensatez, la gente decidió continuar embarcando por el lado de babor (o izquierdo)”, detalla Oakley.
No siempre se ha hecho así
En cualquier caso, el experto resalta que en los inicios de la aviación comercial “no importaba demasiado en qué lado subían los pasajeros”. Sin embargo, al desarrollarse aeropuertos más complejos todo cambió.
En la década de los 60, se comenzaron a extender los jetways (pasarelas de embarque) como medio para que los pasajeros subieran directamente a bordo del avión desde la terminal. Ahí se comprobó que “las operaciones en tierra eran mucho más fáciles si todos los aviones hacían lo mismo en la misma dirección”, destaca el editor jefe de The Aviation Historian. Y, en consecuencia, todos los aviones comerciales pasaron a diseñarse para que los viajeros embarcaran por el lado izquierdo.
Además, el hecho de que todos los pasajeros suban al avión por el lado izquierdo tiene otro importante beneficio, según apunta Michael Oakley: “Permite al personal de tierra realizar sus tareas sin que los pasajeros estén abarrotados en la zona”.