Suecia encuentra al gran culpable de la pérdida de su estatus en educación
El problema ha hecho que el gobierno se planté reestructurar su sistema educativo.
Suecia ha detectado un enemigo de los estudiantes del país: las nuevas tecnologías. Durante años, este país adoptó con entusiasmo un enfoque educativo centrado en lo digital, eliminando progresivamente los libros de texto tradicionales. De esta forma, los jóvenes pasan la mayor parte de su jornada escolar frente a un ordenador, buscando información y realizando tareas en línea.
El problema es que las autoridades se han dado cuenta de que este cambio ha coincidido con un descenso generalizado en los niveles educativos. En este sentido, Lotta Edholm, ministra de Educación, ha manifestado su preocupación por la dependencia que ha creado el uso de los dispositivos digitales en las aulas.
Como consecuencia, el ejecutivo sueco ha reconsiderado el papel de las pantallas y ha lanzado una iniciativa para volver a introducir los libros de texto en las escuelas, informa Jeux Video Tech. Desde 2022, el Suecia ha destinado más de 100 millones de euros para garantizar que cada estudiante tenga acceso a un libro por asignatura.
Tecnología en la educación: un dilema global
El desafío de integrar la tecnología sin comprometer la calidad del aprendizaje no solo afecta a Suecia, sino que es global. Aunque las pantallas pueden ser herramientas poderosas, su uso debe estar respaldado por evidencia científica que acredite su efectividad en la educación.
Lo que sí hace el caso sueco es subrayar la importancia de no depender exclusivamente de lo digital. Un enfoque híbrido, que combine lo mejor de las tecnologías modernas con los beneficios comprobados de los libros de texto, podría ser la clave para construir un sistema educativo equilibrado y efectivo.
