La Iglesia no abrió una investigación al cura detenido tras conocer la existencia de los vídeos
Sostiene que la novia del religioso les habló de ellos, pero no de su contenido. Ahora se ha sabido que el arrestado denunció antes a su pareja por el robo de los discos duros donde tenía el material con las supuestas violaciones a mujeres.
La Iglesia no abrió una investigación al cura detenido tras conocer la existencia de los vídeos en los que aparece supuestamente violando a mujeres sedadas o drogadas. La Diócesis de Málaga ha asegurado que hasta este lunes no tuvo constancia de los supuestos abusos sexuales por los que un sacerdote, de 34 años, ha ingresado en prisión. Se defiende afirmando que sí, supo de los vídeos, pero no de su contenido criminal, que afecta al menos a cuatro mujeres.
El portavoz del Obispado, Antonio Moreno, ha explicado a EFE que el pasado mes de agosto la mujer que decía ser pareja sentimental del sacerdote les habló de unos vídeos, pero insiste en que sin saber el contenido, y que se le instó a que lo denunciara. Nada más.
Moreno ha insistido en que no eran conocedores del contenido de las imágenes ni de la gravedad de los hechos, pero este lunes, en cuanto se enteraron de los supuestos delitos, le retiraron las licencias ministeriales, lo que supone no disponer de permiso para ejercer como sacerdote y administrar los sacramentos. Este es el primer paso para un proceso canónico que podría llevar al cura a la inhabilitación para toda la vida, precisa.
La investigación se inició en agosto después de que una mujer denunciara en la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de Melilla que en el domicilio que compartía con su pareja sentimental -el cura- había localizado un disco duro que contenía fotografías y vídeos donde aparecían varias mujeres semidesnudas, dormidas o bajo los efectos de algún sedante.
En ese mismo mes, antes de ir a la Policía, la mujer lo comunicó a la Diócesis de Málaga e inmediatamente se le pidió que lo denunciara ante los agentes, ha insistido Moreno. Lo que se hizo con el hombre fue trasladarlo, de Melilla a Málaga.
El Obispado ha expresado su "condena más profunda y contundente contra cualquier tipo de vejación o abuso a la mujer". Su portavoz ha lamentado el daño que esta situación implica y ha subrayado que ofrecerán toda la colaboración y cooperación que necesite la Policía y las personas que se sientan afectadas por "esta lacra del abuso contra la mujer".
El investigado fue ordenado sacerdote en 2017, fue párroco en una iglesia de Melilla y a principios de este año fue destinado a Málaga. En enero, la denunciante advirtió que tenía una relación con el sacerdote, quien pidió a la Diócesis un traslado a Málaga por motivos de salud. En esos momentos nada hacía sospechar los hechos que ahora se han conocido.
La investigación continúa abierta y los agentes que analizan el material que se incautó en el actual domicilio del sacerdote, en Vélez-Málaga (Málaga), no descartan que haya más víctimas en Melilla, Málaga o Córdoba, lugares en los que el arrestado -que además es hijo de una monja- ha residido.
Una denuncia previa por robo
Según ha adelantado el diario SUR de Málaga, la llamada operación Pájaro Espino' en Melilla se convirtió en la operación Nun en la capital costasoleña. Los agentes de la UFAM descubrieron que a primeros de enero la joven había acudido por primera vez a la iglesia y había confesado su romance con el padre Fran, además de desvelar que había descubierto algo que podía ser delito. "La encontraron llorando desconsolada a los pies del Cautivo y contó lo que le pasaba", indica su información.
La denunciante contó a los policías que abrió unos archivos en un disco duro de su novio creyendo que se trataba de una película o una serie, pero encontró "centenares" de fotos y vídeos en los que aparecen mujeres completamente inertes ante las prácticas sexuales "de todo tipo" que les realizaba un hombre: el cura, el padre Fran.
Ahora se ha sabido que el 6 de septiembre pasado fue el cura quien declaró ante la Policía Nacional que su novia le había sustraído 3.000 euros y material informático en su casa. "Para los investigadores, esa denuncia es clave en el proceso, ya que, de algún modo, supone reconocer que las imágenes aportadas por la chica -copiadas supuestamente de un disco duro- eran suyas", indica el medio de Vocento. Al parecer, el religioso habría admitido entonces que había mantenido una relación sentimental con la chica, pero que quería acabarla. Sio a entender que la chica había actuado por despecho hacia él, además. "Me la han querido jugar", dijo más adelante.