Ferrari se niega a vender uno de sus coches a un conocido multimillonario
La marca italiana no cuenta con una lista negra de venta a clientes, pero conseguir un modelo exclusivo es complicado.
Al hablar de coches de alta gama, a todo el mundo se le viene a la cabeza en primer lugar el Cavallino Rampante negro sobre el fondo amarillo. Efectivamente, nos referimos a Ferrari, una de las marcas -si no la más- conocidas y con mayor reputación en el mundo.
Entre otros muchos motivos, la marca Ferrari -también presente en el mayor espectáculo del automovilismo, como es la Fórmula 1-, ha conseguido desmarcarse como la marca más codiciada del mundo, por sus singularidades, como puede ser una tan atípica y que podría considerarse, casi contraproducente en los tiempos que corren, como es el hecho de elegir a qué personas -o personalidades- les permiten poseer uno de sus coches.
Esto se debe a que, debido al estatus ha ido adquiriendo con el paso de los años, la marca de Maranello, puede permitirse, sin que suponga ningún problema para su viabilidad económica, seleccionar a quiénes les vende sus automóviles.
Si alguien tiene el dinero y las ganas de ir a por un Ferrari debe saber varias cosas. Primero, que no hay una lista negra, tal y como se ha hablado en muchas ocasiones, y otra cosa a tener en cuenta es que la marca italiana da preferencia a los más Ferraristas cuando sacan un modelo exclusivo. Y eso es lo que le debió suceder Preston Herr, dedicado al mundo de las cuatro ruedas y coleccionista por afición. De su culebrón con Ferrari se llegó a decir que se le prohibió la adquisición de LaFerrari Aperta
Denuncia a Ferrari por no venderle un modelo histórico
Este multimillonario, muy conocido en EEUU, quiso hacerse con el modelo italiano , que se trata de una versión del primer coche híbrido que produjo Ferrari hace poco más de 10 años.
Todo se remonta a 2016, cuando Herr trató de hacerse con este hiperdeportivo exclusivo para coleccionistas y que cuenta con unidades muy limitadas, pero se dio contra un muro en sus intenciones con el vehículo, motivo por el que demandó a Ferrari.
Ante esta denuncia, la compañía le aseguró que todas las unidades se habían asignado y no se producirían más. Pese a ello, Herr no cesó en su empeño y envió un cheque de un millón de euros por el coche para tratar de convencer a Sergio Marchionne, presidente de la compañía. Pero tampoco sirvió, y Herr, de 86 años, falleció sin su ansiada aspiración, mientras la batalla legal continuaba desarrollándose en el Tribunal de Florida.