Familiares de las víctimas en Murcia: "Fui a su cuarto y no estaba. Se lo tragaron las llamas"
El dolor y el recuerdo se dan cita tras la tragedia que deja el devastador incendio en tres discotecas murcianas, con 13 víctimas mortales.
Mientras las autoridades tratan de esclarecer qué ocurrió en el polígono de ocio murciano y qué motivó el devastador incendio en las discotecas dejando 13 víctimas mortales, el dolor y la rabia se dan cita en la ciudad entre los familiares y allegados de los muertos, o aún desaparecidos, a falta de que se identifiquen más cadáveres.
"Queremos saber, no nos queda esperanza y lo tenemos claro", relataba el lunes a El País, Miriam Montealegre, cuñada de Marta Hernández, quien esperaba que le notificasen oficialmente el deceso de esta última. No solo ése. También la muerte de sus sobrinos, Sergio y Eric, y la de la pareja de este último, Orfilia.
Acudía a dejar cepillos de dientes, peines u otras pertenencias de las víctimas a la jefatura de policía de Murcia, con el objetivo de aportar material genético que ayudase en la identificación de restos mortales. Su historia representa a la perfección una tragedia que ha impactado con fuerza en migrantes latinoamericanos que vinieron a España en busca de unas condiciones de vida y trabajo mejor.
"Mami, vaya a ver si está Sergio en el cuarto"
Aquella noche se celebraba el 30 cumpleaños de Eric Torres, quien junto a su pareja vivía en el mismo hogar que Marta, la cuñada de Miriam, en el barrio de El Progreso. Esta última residía en un piso con el otro hermano, su sobrino Sergio. Aquel domingo por la mañana recibía la llamada que le cambiaría la vida.
"Mami, vaya a ver si está Sergio en el cuarto", le dijo al otro lado de la línea telefónica su hijo, Walter. Eran las seis y media de la madrugada. "Fui a su habitación y no estaba. Cuando se lo dije a mi hijo, comenzó a llorar", relató Miriam Montealegre. "Le pregunté qué pasaba y solo me alcanzó a decir que se lo habían tragado las llamas", añadió a renglón seguido. Sin saber que el incendio también se había cobrado las vidas de Marta, Eric y Orfilia.
El mismo Sergio le había propuesto anteriormente a Montealegre "venga, salga a divertirse". Pero ese día, Miriam no estaba con el ánimo suficiente para irse de marcha: "He ido otras veces a los cumpleaños. Ellos siempre los celebraban. Tanto Eric, como Marta como Sergio. Era la costumbre. Se reunía toda la familia y las amistades, pero esta vez no quise... quizá fue un presentimiento".