Alertan del gran riesgo que supone el inminente cambio de hora para los mayores de 60 años
La madrugada de este sábado 29 al domingo 30 de octubre tocará adelantar los relojes, por lo que a las 2:00 serán las 3:00.

Poco queda para el momento en el que toca cambiar los relojes para entrar en el horario de verano y ajustar así las horas de luz. Concretamente, el cambio de hora de esta primavera de 2025 se producirá en la madrugada del sábado 29 al domingo 30 de marzo.
En este caso tocará adelantar los relojes, por lo que a las 2:00 serán las 3:00. Con este cambio de hora dormiremos una hora menos, pero también se podrá apreciar como anochece más tarde.
Sin embargo, es importante recordar que los cambios de hora, ya sea hacia delante o hacia atrás, afectan a la salud, sobre todo a la de los mayores de 60 años. Los estudios han demostrado que los accidentes de tráfico y los ataques cardíacos aumentan en los días posteriores al cambio de hora, según el portal Baldwin House Senior Living.
La hora de comer, de dormir e incluso nuestro tiempo de ocio se pueden ver condicionados por el cambio al horario de verano. Tanto en marzo como en octubre, al llevar a cabo los cambios de hora, es común experimentar una sensación como de jet-lag.
Según la Sociedad Española de Neurología, a nuestro organismo le cuesta más adaptarse al horario de verano que al de invierno porque pierde una hora, pero en ambos casos el cambio de hábitos y el desajuste de nuestro reloj biológico provoca una serie de efectos en nuestra salud.
El cansancio, la somnolencia, la falta de concentración, irritabilidad, o problemas de insomnio, así como dolores fuertes de cabeza como cefaleas o migrañas, son algunos de los síntomas que puede llegar a sufrir nuestro organismo cuando se produce el cambio de horario.
Se calcula que el 48% de la población adulta y el 25% de la población infantil no goza de un sueño de calidad, según la Sociedad Española de Neurología. Nuestro cuerpo sufre una serie de transformaciones muy necesarias mientras dormimos que influyen también en el apetito. Cuando no dormimos lo suficiente se produce un desgaste innecesario en el cuerpo, lo que produce una bajada de nuestra productividad y eficiencia.