Adiós a una de las grandes empresas de pruebas de ADN: millones de datos genéticos privados quedan en el aire
El gigante del sector 23andMe se ha declarado en quiebra, generando una honda preocupación en sus millones de clientes.

Malas noticias para el sector de las pruebas de ADN y para millones de sus clientes. La empresa estadounidense 23andMe, una de las gigantes de este campo, se ha declarado en quiebra tras no poder recuperarse de sus prolongada caída de valor y de negocio. Con este anuncio ha llegado la dimisión de la directora ejecutiva, Anne Wokcicki.
La compañía está valorada en 6.000 millones de dólares (algo más de 5.500 millones de euros) y cuenta con 15 millones de clientes, cuya situación queda ahora en el aire.
"Hace 19 años, cuando cofundé 23andMe, la industria de venta directa al consumidor no existía y la mayoría de la gente no tenía ni idea de por qué querría ver su genoma. Mucho ha cambiado (...) Hemos tenido muchos éxitos, pero también asumo la responsabilidad de los desafíos que enfrentamos hoy", ha explicado Wojcicki este lunes en X.
Como recoge EFE, 23andMe se fundó en 2006 y se popularizó gracias a sus asequibles kits de pruebas de ADN para el hogar, que permitían a los clientes conocer sus historias familiares y perfiles genéticos. Además, salió a Bolsa en 2021 mediante una fusión que por entonces estableció su valor en alrededor de 3.500 millones de dólares.
Las acciones de 23andMe han estado en caída libre en los últimos años, mientras la compañía luchaba por generar ingresos y consolidarse en el ámbito de la investigación. En medio de los problemas económicos de la firma, el fiscal general de California, Rob Bonta, emitió el viernes una alerta al consumidor instando a los residentes a considerar la eliminación de sus datos genéticos del portal 23andMe.
Hace año y medio, en octubre de 2023, la empresa sufrió un ataque cibernético masivo que supuso el acceso ilícito de hackers a los datos de casi 7 millones de los clientes que tenía entonces 23andMe.
La ya exresponsable añade que tiene la "intención de presentar una oferta" y que su renuncia como directora ejecutiva (si bien se mantiene dentro de la Junta) le permite estar en una "mejor posición para presentar una candidatura como licitadora independiente", dentro de un proceso que abarcaría 45 días si el tribunal acepta la solicitud de la empresa.