¿Y ahora qué?: el escenario que se abre con la investidura tras constituirse la Mesa del Congreso
Lo ocurrido este jueves ha sido la primera victoria de Pedro Sánchez en la legislatura, pero todavía falta el partido más importante: ser propuesto por el rey Felipe VI como candidato y sumar los apoyos necesarios para volver a la Moncloa.
Pedro Sánchez ha conseguido su primera victoria de la legislatura. El PSOE mantendrá la Presidencia de la Mesa del Congreso. Su candidata, Francina Armengol, ha terminado recibiendo el apoyo de 178 diputados, gracias al acuerdo alcanzado con ERC y Junts.
Un primer paso que ha servido para evitar una Presidencia de la Cámara Baja del Partido Popular. Algo que, sumado al liderazgo que el candidato Pedro Rollán ejercerá en el Senado tras conseguir el apoyo mayoritario este jueves, sin los números necesarios, hubiese llevado a España a una repetición electoral.
Felipe VI toma la palabra
Con las dos cámaras constituidas, ahora llega el turno de Felipe VI. La próxima semana, la del 21 al 27 de agosto, será clave. Como cada proceso electoral, el jefe del Estado tendrá que convocar a los representantes de las diferentes formaciones políticas con representación para exponer y recabar la información necesaria sobre cuál debe ser el nombre elegido para el debate de investidura.
Una ronda de contactos que cada vez se presenta peor para Feijóo. Sin contar con los apoyos necesarios para formar Gobierno, el líder del PP ha reiterado en las últimas semanas que, como su formación política fue la más votada, con 137 escaños, tiene la responsabilidad de liderar el próximo Ejecutivo.
Pero lo cierto es que la imagen de los populares en la votación de la Mesa del Congreso ha quedado tocada, ya que el que va a ser su principal socio, Vox, no ha votado a favor de dar la Presidencia a la candidata del PP, Cuca Gamarra.
El propio Feijóo ha defendido en varias ocasiones que su formación política cuenta con 172 apoyos, sus 137 diputados, los 33 de Vox, el voto de Coalición Canaria y el de Unión del Pueblo Navarro.
Pero esos escaños podrían no ser del todo correcto. El presidente de la formación ultraderechista, Santiago Abascal, ha mostrado su enfado con los populares y ha dejado en el aire su apoyo al expresidente de la Xunta de Galicia, después de que Vox no haya conseguido un sitio en la Mesa del Congreso.
El presidene del partido de extrema derecha volverá a sentarse con el PP para "comprobar si están dispuestos a hacer un esfuerzo para evitar ese gobierno de destrucción masiva y para recuperar la neutralidad de las instituciones".
Un panorama muy distinto al de Pedro Sánchez, que, mientras que en la votación para la Presidencia de la Cámara Baja el PSOE ha alcanzado los 178 votos favorables, tendrá que seguir negociando con Junts y ERC para volver a formar un Gobierno de coalición progresista.
El presidente del Ejecutivo en funciones llevará la mejor tarjeta de visita posible a Zarzuela para pedir a Felipe VI el visto bueno con el que defender en la Cámara Baja su continuidad en la Moncloa.
Algo que, en caso de ser así, sería la primera ocasión en la que el monarca propone al candidato del segundo partido más votado tras unos comicios generales.
Pero en los últimos años también se han visto otras situaciones inéditas. En enero de 2016, fue el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el que, tras obtener 123 escaños, rechazó la propuesta del monarca de intentar forma un Ejecutivo.
Dos meses desde la primera investidura fallida
Todo el mundo estará atento a la fecha en la que se pueda producir una posible investidura fallida de Feijóo o de Sánchez. Desde entonces, Felipe VI tendrá dos meses para tratar de evitar que las Cortes Generales se disuelvan.
Por ejemplo, ante el supuesto de que el líder del PP se presente a la investidura y las dos sesiones se celebren, con suerte, entre los días 29 y 31 de agosto, una derrota del PP en la segunda votación, en la que necesitaría una mayoría simple, activaría la cuenta atrás.
Se abriría un plazo que iría hasta el 31 de octubre. En ese tiempo, el jefe del Estado tendría que volver a retomar las rondas de contactos y proponer otro nombre diferente.
Si a finales de octubre no se ha formado un Gobierno, se disolverían las Cortes y las nuevas elecciones se fijarían 47 días después, es decir, usando el ejemplo, se celebrarían el 17 de diciembre. Pero claro, eso si ese primer debate se plantea para finales de agosto, ya que, si se celebra a mediados de septiembre, los nuevos comicios podrían coincidir con las navidades.
Fuentes parlamentarias han indicado a EFE, que, con el objetivo de evitar tal riesgo, el debate de investidura debería celebrarse en la última semana de agosto o dejarlo para finales de septiembre.
Unas fechas tan importantes que en 2016 ya obligó a modificar la ley electoral para reducir la campaña electoral de los 15 a los 8 días.
Tras la ronda de contactos, cada día que pase sin que el candidato electo por Felipe VI afronte su sesión de investidura con los apoyos necesarios, el horizonte de la repetición electoral se irá acercando.
Pese a los votos favorables que ha conseguido Armengol este jueves, los partidos independentistas, ERC y Junts, ya han avisado de que su apoyo no tiene nada que ver con la posible investidura de Sánchez.
El presidente del Gobierno en funciones también tendrá que pelear por lograr el apoyo del PNV, EH Bildu y BNG. El objetivo es el de alcanzar una mayoría similar a la de este jueves, que sea superior a los 172 diputados con los que, se supone, que contaría Feijóo.
Las cartas ya están sobre la mesa. Los primeros en jugar serán los candidatos que se reunirán con Felipe VI la próxima semana. Luego será el turno del rey de España. Y, durante todo este proceso, todos los partidos llevarán a cabo unas intensas negociaciones internas para contar con el mayor número de apoyos.