Sanidad alerta del "alarmante" consumo de psicofármacos y trabajará para reducirlo
La ministra Mónica García anuncia la elaboración de una guía para la prescripción de estos medicamentos.
El Comisionado de Salud Mental del Ministerio de Sanidad está elaborando una guía integral de prescripción de psicofármacos para reducir el consumo y las recetas de este tipo de medicamentos que está alcanzando "proporciones alarmantes", sobre todo en los más jóvenes.
"El abuso de estas prescripciones nos ha llevado a un punto en el que prescribimos suficientes antidepresivos y ansiolíticos para tratar al 20 % de la población mayor de 40 años durante un año", ha resaltado la ministra de Sanidad, Mónica García, en su primera comparecencia en la Comisión Mixta para el estudio de los problemas de las adicciones, en el Congreso de los Diputados.
La guía que prepara el Comisionado de Salud Mental, que dirige Belén González, en colaboración con GuíaSalud (guías de práctica clínica en el Sistema Nacional de Salud) tendrá como objetivos principales "establecer pautas claras para reducir o eliminar gradualmente la medicación psicotrópica cuando ya no sea necesaria".
Según ha explicado la ministra, el documento tratará específicamente la dificultad de "discontinuar ciertos psicofármacos" debido a los efectos de abstinencia que pueden generar, así como la necesidad de una supervisión y un acompañamiento durante este proceso.
"Buscamos abordar la sobreutilización y los riesgos asociados con el uso prolongado de psicofármacos. Nuestra meta es mejorar la seguridad, la calidad de vida y la autonomía de los pacientes, promoviendo prácticas centradas en el bienestar de las personas", ha recalcado.
Para el Ministerio de Sanidad, el consumo de fármacos como antidepresivos o ansiolíticos constituye un "problema de salud global" que está alcanzando "proporciones alarmantes", por eso requiere de "atención urgente y acción decidida".
Los hipnosedantes, básicamente las benzodiacepinas, son la tercera sustancia adictiva más consumida (13 %) tras el alcohol (76 % en personas de 15 a 64 años y también en adolescentes pese a estar prohibida su venta en todas las comunidades) y el tabaco (39 %).
Por detrás, los opioides para el dolor (7 %) y las drogas ilícitas, encabezadas por el cannabis (10 % alguna vez el último año) seguida, pero muy de lejos, por la cocaína (2,4 % el último año) o el éxtasis y las anfetaminas, por debajo del 0,3 %.
Además, las benzodiacepinas han superado a la heroína como causa de muerte por sobredosis, que han disminuido mucho gracias a los programas de tratamiento.
"Estamos utilizando fármacos para tolerar situaciones de vida que requieren soluciones sociales", ha advertido García.
Sin embargo, este problema no afecta a todo el mundo por igual, y también el consumo de psicofármacos depende del código postal: en las personas de rentas bajas, en las que "la precariedad y los eventos adversos se acumulan", la prevalencia de la toma de antidepresivos es ocho veces superior que en las clases altas.
"El diagnóstico de depresión es el mismo, pero las causas y las soluciones dependen del código postal", ha enfatizado.
De ahí que la ministra haya abogado por cambiar el enfoque "paulatinamente hacia una prescripción de tipo social" que será "especialmente relevante en el caso de los jóvenes y adolescentes", quienes están experimentando un aumento significativo en la prescripción de psicofármacos y perciben su consumo "con una naturalidad creciente".