Rita Maestre: "Los jóvenes son víctimas de un sistema que les critica y a la vez les pone trabas"
La portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento responde a ciudadanas que plantean sus dificultades en el mundo de la vivienda.
Marta tiene 23 años. Tras acabar su carrera de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid hizo un máster relacionado con la Unión Europea, pero al ver el horizonte laboral pasando por el trámite de ser becaria y viendo cómo muchos amigos han pasado años trabajando sin cobrar, decidió empezar a opositar.
"Como madrileña, que vivo con mis padres aquí en Madrid, pues tengo la facilidad de poder quedarme en su casa y no trabajar durante un tiempo intentando obtener mi plaza porque es lo único a lo que veo futuro y que tiene que ver con lo que yo he estudiado”, resume a Rita Maestre, en la segunda parte de la entrevista que este medio realizó hace dos semanas a la líder de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital que se centra en la vivienda y en el que responde a tres casos reales de tres ciudadanas que sufren el problema de la vivienda y sus derivadas.
“Me he tomado la primera convocatoria para estudiar a tope y no trabajar porque me lo puedo permitir, pero es probable que no la obtenga porque es muy complicado. Ya después tendré que buscarme algo. Eso sí, lo de la vivienda ahora mismo ni me lo planteo, lo veo a años luz”, insiste.
Si me busco un trabajo de media jornada o me meto en un sitio de prácticas que no me aseguran un trabajo por no tener la experiencia necesaria tampoco me da para alquilar una casa o una habitación. Me siento en una incertidumbre bastante grande”, resume Marta.
La situación de Marta es la que viven millones de personas en España. 1 de cada 4 españoles ha preparado o está preparando oposiciones, según un estudio de OpositaTest. Concretamente, 2.414.561 personas han opositado en 2023 y dos de cada diez españoles entre 18 y 55 años está pensando opositar en los próximos meses dada la inseguridad que ven en su futuro laboral en el sector privado y abocados por la estabilidad que da el sector público a la hora de, por ejemplo, acceder a una vivienda.
Precisamente sobre este tema, la vivienda, Más Madrid ha querido centrar el tiro en esta legislatura. “No hay una solución mágica, ni una varita y ni la tengo yo ni creo que nadie que lo diga, dice la verdad. Es un problema que está muy acumulado desde hace mucho tiempo, pero desde luego hay que hacer cosas, hay que construir vivienda pública, por ejemplo, y especialmente para los jóvenes, vivienda pública de alquiler para que puedas irte de casa a los 25, 26 o 27 años. Hay gente de 32 años que siguen en casa de su familia no porque quieran, sino porque no pueden hacer otra cosa”, indica Maestre en esta segunda parte de la entrevista.
“Hay, por supuesto, que frenar la subida de los alquileres y hay zonas en Madrid, de hecho, la mayor parte de la ciudad que es una zona tensionada a la que se podría poner por tanto un tope del alquiler. Los alquileres no pueden seguir subiendo, no hacer nada lo que provoca es subidas y subidas en el precio. Aquí no hay un problema de oferta, solo hay un problema de especulación porque en Madrid hay alguna gente, poca gente, acaparando muchos pisos. Son fondos de inversión, fondos buitres, bancos y también grandes propietarios que tienen 50, 60, u 80 pisos que están sacando dinero del bolsillo de los ciudadanos para enriquecerse sin ningún tipo de control”, denuncia pidiendo controlar los precios y poner el foco sobre las viviendas de uso turístico ilegales que operan en ciudades como Madrid y que reducen la oferta provocando que aumenten los pisos. “Hay viviendas que deberían ser para vivir en ellas y estñan convertidas en hoteles de manera ilegal”, añade pidiendo “contundencia” y “valentía”
“Hay que hacer exactamente lo contrario de lo que está haciendo el PP, que es ponerse de perfil y por lo tanto dejar que quien más tiene siga acaparando con una mano y expulsando a gente con la otra. Cuando lees una noticia que dice que un fondo compra un edificio en Puerta del Ángel, en ese edificio hay gente dentro y dentro de 6 meses no habrá gente dentro. Habrá otra gente que en vez de pagar 800 euros pasen a pagar 1500 euros. ¿Dónde va la gente que pagaba 800? Más lejos de Madrid o en viviendas donde se tienen que juntar con varias familias para vivir en una casa. Es una situación insostenible”, insiste.
El caso de Marta, que sopesa ponerse a trabajar, choca con el informe de Tecnocasa publicado hace unas semanas que indicaba que, en Madrid, el 62% del salario se dedicaba a pagar una vivienda.
“Estuve mirando hace dos o tres semanas por distrito. Las viviendas más baratas que hay en Madrid en zonas como Puente de Vallecas, Carabanchel o Villaverde son viviendas que cuestan 700 euros al mes y son un bajo de 13 metros cuadrados sin luz. Un zulo de 700 euros era el mínimo. Una persona como Marta no puede vivir sola. Tienes que compartir piso o vivir con tu pareja”, insiste poniendo el foco en otros casos más olvidados: las personas que se quieren divorciar pero no pueden sostener una vivienda solos. “Es grave. Hay gente que no se separa porque no puede sostener dos casas a la vez. ¿De qué nos sirve saber que dentro de 10 o 15 años va a haber 10.000 viviendas en Los Berrocales, Los Ahijones o Valdecarros si no soluciona nada a la gente que van a echar en Puerta del Ángel? ¿Qué soluciona que para cuando haya terminado Marta sus oposiciones, tenga un puesto y lleve 10 años trabajando se pueda comprar una casa? Es que eso se da dentro de 15 años. Tú tienes 15 años para esperar. Imagino que tú [a Marta] tienes bastante prisa por vivir tu vida y eso también pasa por tener una casa. No vale soluciones que te digan que dentro de 10 o 15 años habrá no sé cuántos pisos y entonces quizás el precio baje”, explica Maestre.
Misma situación tiene Andrea. También recién graduada en ciencias políticas en la Universidad Rey Juan Carlos. “Vivo en casa con mi madre y dependo económicamente de ella con una pensión de orfandad que recibo que bueno, algo ayuda junto a algún trabajillo que me sale. Pero me sirve para cubrir mis gastos y poco más. Me frustra mucho que se ponga el foco en intervenir el mercado de la vivienda, pero no se ponga en algo que va muy ligado que es el empleo. Somos la generación más formada y somos a los que más trabajas se nos pone para llegar a un empleo de calidad bien remunerado. Salvo en las prácticas, no he trabajado de lo mío”, explica ante Rita Maestre.
“Si yo no tengo un empleo en el que cobre algo digno, por mucho que se regulen los alquileres no podré irme a vivir sola”, resume.
Una cuestión que Maestre comparte y sitúa en el modelo productivo del sol y playa. “El precio del alquiler ha subido tanto de forma tan poco proporcional a la de los salarios que la diferencia entre uno y otro es cada vez mayor. España tiene un problema con el empleo joven, lo tiene desde hace mucho tiempo porque somos un país que ha elegido que nuestra industria de producción es el turismo y los servicios, y eso tiene un límite estructural y además genera un tipo de empleo precario. Y eso es un problema, porque a lo mejor tendríamos que ir hacia otro modelo económico tomar decisiones para cambiar esa estructura industrial y hacer otras cosas aparte de servir cañas y poner chiringuitos. Está muy bien, pero que quizás podemos aspirar a más”, indica.
“Las amigas jóvenes que tengo sienten una falta de ánimo y esperanza y no puede ser que esto ocurra cuando tiene 20 o 25 años. Cuando la vida empieza a caminar y vas teniendo compromisos como hijos o cuidar de tus padres debes tener una estabilidad y no tener una generación atenazada por la incertidumbre y el miedo. Los jóvenes son víctimas de un sistema que les critica y a la vez les pone trabas porque en España hay una priorización en las políticas públicas para las personas mayores”, añade Maestre.
"Yo me veo casi con casi 23 años y mi pareja que tiene 24 y estamos a ver si acabo la oposición y él el máster. No te puedes plantear irte a vivir porque es imposible. También veo un problema que se da en los jóvenes cuando terminamos la carrera. Ahora mismo tenemos dos opciones, ponernos a opositar o irnos fuera de España a buscar empleo. Y eso a mí me parece súper preocupante porque es que yo estoy muy orgullosa de la educación que tenemos en este país, pero creo que no se le saca el partido que se le tiene que sacar”, explica Andrea.
"Hay cosas que están inventadas y funcionan. Tú te vas a Francia o hablas con un universitario francés,o por lo menos hace no mucho tiempo era así. Tienen una institución donde a los estudiantes universitarios les paga el 80% de un piso y tú te puedes dedicar a estudiar. No es una beca de un banco, no. Es el Estado el que financia que los estudiantes franceses se vayan de su casa si quieren. Se puede hacer y hay que poner dinero. Los jóvenes son dependientes porque no se les dan las herramientas. ¿Cuándo aprende un joven a hacerse cargo de su casa? Pues cuando se va de su casa, porque si vive con su familia no es lo mismo y la toma de decisiones personales te va haciendo también crecer como persona”, responde Maestre poniendo como ejemplo a una persona que logra independizarse a los 30 años.
Precisamente sobre este aspecto, Más Madrid lleva al Pleno de Cibeles varias propuestas en este sentido. “Mientras la gente se queja del problema de la vivienda hay gente que se está haciendo muy rica con ella. Hay muchos capitales extranjeros que vienen aquí y compran una residencia de mayores o diez edificios llenos de personas o un terreno vacío porque les da igual. Para ellos solo son cosas que dan beneficios. La primera iniciativa que proponemos es que las personas extranjeras no puedan comprar pisos en Madrid si no van a residir en ellos. No puede ser que venga un gran especulador de algún lugar de Estados Unidos se compre 50 pisos en Madrid y los tenga vacíos hasta que le parezca bien ponerlos en funcionamiento. Los pisos son para vivir, es que nos hemos olvidado de esa realidad básica”, explica añadiendo que se aplica en lugares como Canadá o Nueva Zelanda a la vez que propondrán que se cumplan la normativa relativa a las viviendas turísticas y cambiar la fiscalidad de las Socimis y que se acaben los regalos fiscales a los que se enriquecen “con alquileres abusivos”.
Precisamente la presión para convertir en viviendas residenciales en turísticas o bien en pisos para estudiantes al estar cerca de universidades las sufre María. Tiene 70 años y lleva 50 años residiendo en Moratalaz, un barrio que vivió un ‘boom’ en aquellos años y que ahora tiene una población envejecida. Su ubicación, bien comunicada tanto con el centro como con el aeropuerto como con el campus de Vicálvaro de la Universidad Rey Juan Carlos provoca que sea habitual que vayan grupos inmobiliarios para que personas mayores vendan su propiedad por un precio barato o bien decidan aceptar una nuda propiedad. Antes de grabar la entrevista había recibido una visita y la pasada semana recibió otra.
"Espero que sirva para que la gente sepa la situación que hay y no se dejen engañar”, indicaba María. Maestre señalaba que es “una operaciónpara expulsar a gente cada vez más lejos de la ciudad. Al final tienes siempre un objetivo que es expulsar a gente de 70 años que lleva 50 viviendo en su barrio para sacar un beneficio que es obtener dinero. Cambian a esa gente por alguien que tiene o mucho más dinero o es un turista. ¿En serio no se puede hacer nada para que una comunidad de vecinos de Moratalaz no tenga que vivir con la incertidumbre de que se presente alguien en la casa en la que has vivido toda la vida y has criado a tus nietos y tus hijos porque quiere sacar beneficio? En lugar de una casa en la que se hace una comida familiar los domingos quieren un piso para turistas a los que les sacas el doble, el triple o el cuádruple de rendimiento.
"Esa gente se comporta así porque siente que Een Madrid todo vale, que no importa nada y que nadie vendrá a parar a esa empresa que ha ido intentando estafar a personas mayores. En Madrid los gobiernos miran para otro lado y en muchos casos facilitan estas prácticas porque, oye, esto es un mercado y no hay que hacer nada con él. Los buitres son buitres y siempre van a ser buitres y la mayor parte de Madrid no son buitres, son personas normales que solo quieren vivir en su casa tranquilos”, insiste explicando la pérdida de identidad que supone la turistificación ilegal donde se pasa a “pedir sal al vecino” a no conocerle.
También, Rita Maestre responde a otras de las cuestiones relacionadas con vivienda que se olvida: la situación que 4.500 personas, la mitad de ellas niños, que llevan 4 años sin luz en la Cañada Real.
"Va unido el problema de la vivienda con la situación que vive la Cañada Real. En esa zona se están haciendo los nuevos desarrollos como Los Berrocales o Los Ahijones. Están al lado de la Cañada Real y Madrid está realizando un plan cruel de expulsión de los vecinos y residentes de Cañada Real para aligerar y limpiar la zona. Se ha hecho de la forma más cruel: sometiéndoles a una negación de un derecho humano fundamental como es tener luz. La Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid están expulsando a vecinos a fuerza, hacerles pasar frío, hacer pasar frío a los niños y así dejas limpia la zona para que tú puedas hacer tu desarrollo urbanístico. Creo que ya digo, es de lo más cruel que he visto”, denuncia.
“En Madrid hemos trabajado mucho desde muchos lugares, también desde lo social, para que los planes de realojo que se firmaron en el Pacto por la Cañada del año 2016 y que la Comunidad de Madrid ha paralizado, vayan dando sus frutos. Porque lo que necesita esa gente, que en muchos casos no está contenta en el lugar en el que vive, pero que son vecinos de Madrid, que trabajan aquí, que trabajan de barrenderos, camareros y que tienen los mismos derechos que cualquier vecino de Madrid es que les faciliten otro lugar digno en el que vivir, no que las expulsen”, concluye.