¿Quién va a Gobernar? Los posibles pactos postelectorales
A pesar de que el PP ha sido la formación más votada, el presidente en España lo elige el Parlamento, y en ese escenario Feijóo lo tiene difícil y Sánchez complicado, pero no imposible.
En España quien obtiene más votos, por lo general, consigue más escaños. Pero no necesariamente significa que se ganen las elecciones. Alberto Núñez Feijóo, el candidato del Partido Popular ha sido el más votado, sí, y también el que más escaños ha conseguido, eso es una certeza. Sin embargo, el sistema electoral español no es mayoritario, sino proporcional, y puede darse la situación de que una formación gane en escaños y no llegue a gobernar.
Usando un símil futbolístico, en España las elecciones se juegan a dos tiempos. Primero las urnas y después la investidura. Ahora toca que empiece la segunda parte. Cuando se constituyan las nuevas Cortes el 17 de agosto, comenzarán a corres los tiempos y los candidatos tendrán que postularse y tratar de recabar apoyos para alcanzar la mayoría absoluta, que se sitúa en 176 escaños, o conseguir una mayoría simple de más síes que noes.
Alberto Núñez Feijóo tiene 136 escaños, sus potenciales y principales aliados de la extrema derecha (Vox) 33: juntos suman 169. Tienen que sacar otros siete. Se especula con que Coalición Canaria (CC) o Unión del Pueblo Navarro (UPN) podrían darles su apoyo y llegarían a los 171, muy lejos de la absoluta, y para una mayoría simple seguirían necesitando la abstención de nacionalistas e independentistas, una opción tan remota que parece prácticamente una quimera.
La derecha, aparentemente, quedaría fuera de combate. Pero en el bloque de la izquierda las cosas tampoco están fáciles, aunque no es totalmente improbable que la coalición de PSOE y Sumar reúna los apoyos suficientes para reeditar el Gobierno. Juntos suman 153 escaños, dos menos que el actual Ejecutivo, y podrían acercarse a la mayoría con los apoyos de EH Bildu (6), PNV (5), ERC (7), BNG (1) y, al menos, la abstención de Junts per Catalunya (7). El principal escollo será, previsiblemente, conseguir que estos últimos se abstengan para que haya más síes que noes. Se vienen semanas de negociaciones.