“No hay que vivir siempre al límite”
Sánchez limitará la utilización de los decretos ley para ganar estabilidad y su equipo pide restar “dramatismo” a lo ocurrido. Yolanda Díaz, tocada, se anota el tanto del SMI.
En el Gobierno aún se recuperan de la agónica jornada parlamentaria del miércoles. Fue un “auténtico caos”, como resumió para El HuffPost un alto cargo socialista. Pedro Sánchez rozó el abismo, pero una vez más logró esquivarlo. Esto, ya de por sí, demuestra su “capacidad de resiliencia”, en palabras de su equipo. “Bien está lo que bien acaba”, resumía el propio presidente, tras largas horas de tensa negociación. “No hay que vivir siempre al límite”, apostillaba uno de sus diputados.
El Ejecutivo arriesgó muchísimo con la votación de los decretos. Dos salieron adelante tras nuevas cesiones al partido de Carles Puigdemont, que amagó hasta el final con votar que no, y un tercero abanderado por Yolanda Díaz fracasó por su choque total con Unidas Podemos, que votó en contra. ¿La legislatura habría estado en riesgo en caso de un desastre total? “No, esto no son unos Presupuestos Generales”, reconocen fuentes de distintas formaciones políticas. Aunque habría quedado de manifiesto la extrema debilidad parlamentaria de Sánchez.
En el entorno del presidente piden restar “dramatismo” a lo ocurrido y poner ahora el foco en las medidas que han salido adelante. “En las urnas, los españoles han pedido diálogo y entendimiento, y eso es lo que protagoniza este Gobierno. Hoy los españoles que más lo necesitan disfrutan de nuevas ayudas pese al intento de bloqueo de la derecha”, argumentan. Si bien, hasta en Moncloa conceden que capítulos como el de esta semana tienen un desgaste que hay que evitar. De hecho, tal y como avanzó El País, Sánchez prevé recurrir menos al decreto ley, dando paso a proyectos de ley o proposiciones de grupos parlamentarios, habiendo previamente a la votación una negociación con enmiendas en el Congreso.
A Miriam Nogueras, de Junts, le daba la risa haciendo balance del pleno en una entrevista en RAC1. Hasta prácticamente el último minuto, los de Puigdemont presionaron con el “no” al Ejecutivo para lograr el mayor número de contraprestaciones. Finalmente, se hicieron incluso con el compromiso de transferir las competencias en materia de inmigración a la Generalitat, lo que ha provocado una enorme polémica. De partida, expertos jurídicos dudan de que sea viable mientras que las comunidades autónomas gobernadas por el PP, indignadas, han exigido la celebración ya de una conferencia de presidentes.
Tal fue la vorágine política y negociadora, que algunos diputados socialistas han llegado a admitir que ellos votaron creyendo que el “no” de los independentistas era inamovible. “Aunque al final se hayan salvado los decretos, la imagen de descontrol y de que estamos atados a Junts no es buena para el Gobierno. Si lees las crónicas del día después, lo de menos eran ya las medidas aprobadas, la noticia ha sido lo que ha tenido que ceder Sánchez para sacarlas adelante”, según el lamento de un líder territorial socialista, que añade: “Hay que arreglar esta situación”.
De nuevo, fue Emiliano García-Page quién puso voz al sector más crítico con las alianzas parlamentarias del presidente. Habló de “extorsión”, como también lo hizo el PP, y aseguró que no lo va a tolerar. “El único enemigo declarado a que las empresas inviertan en Cataluña es el desquicie independentista”, afirmó el presidente de Castilla-La Mancha, en referencia a otra de las cesiones a Junts, la de trabajar para que regresen aquellas entidades que se marcharon por el golpe separatista. Los independentistas apuntaron incluso a multas para las que se nieguen a hacerlo.
Durante los últimos días, las críticas soterradas a Junts por parte de dirigentes socialistas han sido una constante. “No tienen sentido de la lealtad. Aquí todos nos estamos jugando mucho. Parece que se les olvida que hemos registrado una ley de amnistía”, en palabras de un parlamentario socialista.
Si bien, los ataques más directos han ido dirigidos a Unidas Podemos por parte del bloque gubernamental de Sumar. No en vano, Yolanda Díaz fue la que quedó más tocada de las votaciones, al fracasar su decreto. “Ha sido una cuestión personal, de venganza, un no a Yolanda. Nada de lo ocurrido tiene que ver con el decreto sobre subsidios”, resumieron desde su entorno. El viernes, la vicepresidenta logró parte del oxígeno político perdido al pactar con los sindicatos, que no con la patronal, incrementar un 5% el Salario Mínimo Interprofesional.
Para el principal partido de la oposición, la legislatura “puede durar” pero va a ser “agónica” para Sánchez, y de ahí que Alberto Núñez Feijóo haya dado orden a los suyos de seguir apretando. De nuevo, los populares saldrán a la calle en Madrid para protestar contra el Gobierno, el próximo 28 de enero. Una “ofensiva política social y jurídica sin cuartel y sin descanso”, resumió el líder gallego, en una comparecencia de prensa.
Así interpreta la situación un barón territorial del partido: “Este no va a ser un buen año para Sánchez. Las elecciones gallegas, vascas y europeas van a dibujar un PSOE en caída libre mientras sus socios le desangran. Solo hay que escuchar a Page para darse cuenta de cómo están determinados territorios. Nuestro cometido pasa por seguir muy firmes y dejar claro que estamos preparados para ser la alternativa cuando corresponda. No creo que Sánchez tire la toalla y convoque elecciones por muy difícil que se lo pongan”.
El mayor temor hoy en las filas populares pasa por la gestión de la crisis medioambiental en Galicia. De hecho, algunos líderes autonómicos han puesto en duda la forma de actuar de Alfonso Rueda, siempre a micrófono apagado. “No lograr la mayoría absoluta perjudicará a Fejóo y a todo el partido. No tiene que atacar a Sánchez, tiene que cogerle del brazo y llevarle a una playa gallega”, en voz de uno de estos barones que se declaran preocupados.