De Iglesias a Espinosa de los Monteros: los adioses más sonoros de los últimos cuatro años
Del Parlamento que vio entrar a la ultraderecha en julio de 2019, al de agosto de 2023: así ha cambiado la situación política del país.
"A España no la va a conocer ni la madre que la parió", dijo hace más de 40 años Alfonso Guerra, quien fuera vicepresidente en el Gobierno socialista de Felipe González, en referencia al país que pretendían dejar tras su paso por el Ejecutivo.
Es una frase que perfectamente se podría aplicar a la España del 2019 comparada con la España de hoy en día, la de 2023. Cuatro años en los que este país ha vivido tres elecciones generales y un sinfín de cambios políticos que han hecho desaparecer de la primera línea a personajes públicos que en su momento fueron trascendentales y que parecían llamados a cambiar la historia de este país. Basta con coger la máquina del tiempo para darse cuenta.
Febrero de 2019. El Congreso de los Diputados tumba los Presupuestos Generales presentados por el Gobierno de Pedro Sánchez, que desde el 1 de junio es presidente tras derrocar al Ejecutivo de Mariano Rajoy en una moción de censura inédita en democracia. Se trata de un golpe duro para La Moncloa, que decide convocar elecciones. Serán el 28 de abril.
Aquellos comicios los gana el PSOE con 123 escaños, por delante del PP, que se hunde con 66 diputados. Ciudadanos pega el pelotazo y es tercera fuerza, muy cerca de los populares, con 57 parlamentarios. Podemos es la cuarta formación en la Cámara, con 42. La gran novedad es la irrupción de la extrema derecha, Vox, que entra con 24 diputados.
En ese Hemiciclo ya hay rostros que son muy conocidos para la ciudadanía, pese a su juventud: Pablo Casado, presidente del PP; Pablo Iglesias, líder de Podemos; y Albert Rivera, máximo dirigente de Ciudadanos.
Pero la apisonadora que ha sido la política desde 2019 ha hecho que sus caras hayan desaparecido del panorama político. Y no sólo las suyas. El último en decir adiós ha sido Iván Espinosa de los Monteros, quien fuera portavoz de Vox y que ha estado en el Congreso desde la entrada de la ultraderecha al Parlamento.
Pero ha habido más. Estos han sido los adioses más sonoros de los últimos cuatro años:
Albert Rivera (Ciudadanos)
El primero en irse fue Albert Rivera, quien fuera presidente de Ciudadanos. Desaprovechó una ocasión única para llegar a ser incluso vicepresidente del Gobierno tras las elecciones de abril de 2019.
Su veto al PSOE por negociar con el independentismo catalán hizo que la formación naranja pasase de los 57 diputados logrados en los comicios de abril de ese año, a apenas diez en las elecciones de noviembre.
Al día siguiente de aquella nefasta noche electoral, Rivera anunciaba su adiós: "Dimito para que este proyecto, en un congreso extraordinario, elija el futuro de este proyecto porque el centro político existe, porque todavía hay muchos españoles que necesitan votar liberal y centro. Por responsabilidad debo dimitir de ese cargo".
Su deseo, que su partido se recompusiera, sucedió exactamente al contrario. Cuatro años después, Ciudadanos ni tan siquiera se presentaba a las elecciones generales y todo indica que el camino de la formación naranja acabó para siempre, salvo un resurgir milagroso que nadie vislumbra a estas alturas.
Con su adiós, Rivera ponía fin a una carrera política corta pero intensa, que empezó mucho antes de su llegada al Congreso en 2015, ya que fue diputado en el Parlament de Cataluña durante casi una década, desde 2006.
Truncada una de las carreras, a priori, más prometedoras de la política española, Rivera se ha dedicado a buscar su sitio por la empresa privada. En marzo de 2020 ficha por el despacho de abogados Martínez-Echevarría, del que sale por la puerta de atrás dos años después, con sus socios acusándole de "nulo rendimiento", "baja productividad" y de ser, en definitiva, un "auténtico fiasco".
Desde entonces, ha sido articulista en algunos medios de derechas y ha montado una consultora con otro ex de Ciudadanos, José Manuel Villegas. De vez en cuando, imparte alguna charla sobre política y liderazgo.
Pablo Iglesias (Podemos)
De los rostros que han abandonado la política —al menos, la primera línea— en los últimos cuatro años, Iglesias ha sido, sin duda, el mas influyente y el que más poder ha conseguido en este tiempo.
Habiendo alcanzado la vicepresidencia del Gobierno, nada menos, decidió dar un paso al frente y presentarse como candidato a las elecciones autonómicas en Madrid para enfrentarse a Isabel Díaz Ayuso cuando esta adelantó los comicios en la primavera de 2021.
A posteriori se comprobó que aquello fue una inmolación política que buscaba salvar los muebles de Podemos en esta región, logrando los escaños suficientes para que su partido, al menos, tuviera representación en la Asamblea. Ayuso arrasó e Iglesias decidió marcharse porque había constatado —así lo dijo— que restaba más que sumaba. "No contribuyo a sumar, dejo todos mis cargos, dejo la política de partido y la política institucional, no voy a ser un tapón", aseveró.
Fundador y líder de Podemos, la irrupción del partido morado en 2014 supuso un bofetón al bipartidismo y cuestionó las estructuras de poder que se habían mantenido, más o menos estables, desde la Transición. Inspirada por el 15-M y las mareas sociales, la formación liderada por Iglesias y otros profesores de ciencia política como Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón, irrumpió con muchísima fuerza en el Congreso en 2015, al conseguir 69 diputados, a los que sumó los dos de Izquierda Unida en la coalición que se presentó meses después en los comicios de junio de 2016.
Pero la decisión del PSOE de permitir al PP gobernar con su abstención, hizo que los morados se mantuvieran en la oposición pese a sus 71 diputados. Tres años y medio después, Iglesias era vicepresidente en el primer gobierno de coalición de la democracia, investido en enero de 2020.
Tras su adiós, Iglesias no ha dejado del todo la política. Es comentarista y columnista en diversos medios de comunicación, y tiene su propio programa y canal de televisión, Canal Red, desde donde dice lo que piensa, llegando a criticar con dureza a Yolanda Díaz, a quien él mismo designó como sucesora, ahora líder de Sumar, el partido con el que Podemos, ya en caída libre y en pleno ERE, se ha presentado a las últimas elecciones.
Pablo Casado (PP)
Su historia es la más breve de todas, pese a llevar tiempo como diputado en la Carrera de San Jerónimo. Porque su paso por el Parlamento como líder de la oposición no llegó a durar ni cuatro años.
El joven político, que fue líder de las Nuevas Generaciones del PP, llegó a la presidencia de su partido tras una dura lucha con el sector liderado por la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría durante el Congreso que designó al sucesor de Mariano Rajoy al frente de la formación.
Era julio de 2018 y el PP afrontaba un duro camino tras perder el Gobierno merced a la primera moción de censura exitosa de la democracia. Pedro Sánchez era presidente y en Génova tenían poco tiempo para rearmarse. El adelanto electoral de febrero de 2019 no ayudó mucho. El PP lograba en las elecciones de abril un paupérrimo resultado: 66 diputados, con Ciudadanos a nueve escaños pisándoles los talones.
Aun así, la incapacidad para formar Gobierno le dio un respiro a Casado, que tuvo una nueva oportunidad en noviembre. Pero ni con esas. Aunque el PP remonta —logra 89 diputados—, queda lejos de los 120 del PSOE, que finalmente gobierna con Unidas Podemos. Casado será líder de la oposición.
Aunque no por mucho tiempo. La guerra soterrada con Isabel Díaz Ayuso, que comienza a larvarse a finales del verano de 2021, sobre todo tras la rotunda victoria de la dirigente madrileña en mayo de ese año, le estalla a Casado en febrero de 2022. Acusaciones públicas de supuesta corrupción y de deslealtad entre ambos acaban con Casado viendo cómo el partido le da la espalda y fuerza su adiós.
Casado dejó su escaño y cedió el liderazgo, que recogió Alberto Núñez Feijóo tras un congreso celebrado en abril que lo nombró casi por aclamación.
Aquella fue la última vez que se le vio en un acto público, en el que se pudo palpar la tensión con Ayuso en el breve saludo entre ambos. Actualmente, está trabajado en un sector que nada tiene que ver con la vida política, relacionado con Defensa y con la política internacional, lo que en la práctica le impide participar en actos de Génova. Tiene despacho en Madrid y mantiene interlocución con Feijóo, con quien tiene una relación cordial, pero con poco cargos más del partido, más allá del que fuera su círculo próximo.
Desde ese congreso, ha guardado silencio por respeto a la vigente dirección nacional.
Carmen Calvo (PSOE)
Una histórica del PSOE que fue vicepresidenta primera durante la primera mitad de la legislatura hasta que, en verano de 2021, Sánchez decidió reformar su Gobierno.
Sus enfrentamientos, en algunos casos públicos, con la ministra de Igualdad, Irene Montero, en especial por la ley trans, llevaron al presidente a que ella —junto a José Luis Ábalos— fuera uno de los pesos pesados del Ejecutivo en salir del Consejo de Ministros.
El suyo no ha sido un adiós a la política, porque Calvo ha permanecido como diputada en el Congreso, donde además ha presidido en la última legislatura la Comisión de Igualdad. Pero su imagen ha quedado totalmente relegada en estos últimos años, pese a que no ha dejado de hacer 'ruido' político en su batalla contra la ley trans. Famosa fue su portada en el diario El Mundo asegurando que esta norma iba a "destrozar la legislación de igualdad".
Aun así, Sánchez le guardó un puesto en las listas como 'número uno' por Granada, logrando escaño para la legislatura que se viene.
Iván Espinosa de los Monteros (Vox)
Ha sido el último adiós sonoro de la legislatura y, aunque el exportavoz de Vox ha alegado "motivos personales", lo cierto es que de fondo hay un enfrentamiento entre familias dentro del partido de extrema derecha.
En esa batalla la victoria se la ha llevado el sector que encabezaría Jorge Buxadé, que ha conseguido avanzar posiciones en el partido hasta llegar a ser el encargado de presentar el programa económico sin ser experto en la materia, como sí lo es Espinosa de los Monteros.
Algunos medios apuntan a que, además, el líder de Vox, Santiago Abascal, quería situar como portavoz en el Congreso a Ignacio De Hoces, del ala más 'integrista' de la formación.
Curiosamente, dos de los que han protagonizando los adioses más sonados de los últimos años fueron también los protagonistas de un llamativo enfrentamiento en el Congreso que acabó con uno de ellos, Iglesias, diciéndole al otro, Espinosa de los Monteros, "cierre al salir". Ironías del destino.