CPAC, la Conferencia de Trump donde va a morir la democracia
La Conferencia anual de Acción Política Conservadora reúne a líderes ultras como Javier Milei, Nayib Bukele o Santiago Abascal para apoyar a Donald Trump.
Ha pasado de ser el Woodstock de la derecha estadounidense a convertirse en un concierto cuyo cabeza de cartel es solamente Donald Trump. Eso sí, con teloneros que, si bien también actúan, acuden como admiradores. En esta ocasión, los elegidos para completar un cartel de “superestrellas conservadoras” fueron, entre otros, los presidentes de Argentina y El Salvador, Javier Milei y Nayib Bukele, el diputado brasileño hijo del expresidente Jair Bolsonaro, Eduardo Bolsonaro, o el líder de Vox, Santiago Abascal.
Es la Conferencia anual de Acción Política Conservadora (CPAC), un lugar al que, en palabras de Jack Posobiec, portavoz del movimiento MAGA (Make America Great Again) y de conspiraciones de diversa índole, va a morir la democracia. “Estamos aquí para derrocarla por completo”, aseguró Posobiec en una de las charlas.
Por si la proclama contra el derrocamiento de la democracia no fuera ya de por sí nítida, Posobiec aclaró que, aunque no se llegó “hasta el final el 6 de enero”, su esfuerzo pasa por deshacerse “de ella y sustituirla por lo que tenemos aquí”. El influencer aludió de esta manera al asalto del Capitolio el 6 de enero de 2021.
"Donde el globalismo viene a morir"
El eslogan de la Conferencia celebrada este año despeja toda duda: “Donde el globalismo viene a morir”, una arenga que completa el diccionario trumpista habitual, con críticas, más allá del disertador, al ecologismo, a la inmigración, la cultura woke o a las ‘fake news’.
Pese que a que Trump todavía no es el candidato republicano, las personas asistentes al CPAC no vacilaron. Más allá de la competición contra Nikki Haley, la exrepresentante de Estados Unidos ante la ONU y aspirante también a la elección, en la Conferencia ultraconservadora el debate se centró en escoger a la mejor opción para acompañar al expresidente estadounidense como su número 2.
El exmandatario se presentó ante sus adeptos como un “disidente” apenas unos días después de comparar su situación legal (enfrenta varias acusaciones en su país) con Alexei Navalny, el opositor a Vladimir Putin fallecido en una cárcel rusa. “Estoy ante ustedes no solo como su pasado y, ojalá, como su futuro presidente, sino también como un orgulloso disidente político”, afirmó Trump para declararse el único tabique que separa a Estados Unidos de la “destrucción”.
"Hacer España grande de nuevo"
Santiago Abascal, el líder de Vox, subió a la tarima con la intención de comparar su formación política con el movimiento de Trump. “Trabajamos”, dijo Abascal, “por hacer España grande de nuevo”. Desde ahí, pronunció un alegato que incluyó críticas al aborto, la eutanasia, la inmigración, el ecologismo, la agenda 2030 y, sobre todo, al socialismo.
Abascal quiso agradecer a Estados Unidos y a los países aliados “por su empeño en derribar el telón de acero del socialismo”. No obstante, en su opinión, “el socialismo hoy, en sus distintas versiones, sigue amenazando nuestra forma de vida, pretendiendo imponer una versión falsa de la historia, sembrando el germen de la división, tratando de esparcir el odio a nuestra civilización”.
El dirigente de Vox llevó además preparadas dos frases que buscaban resumir el objetivo de su diatriba. La primera: “El futuro verde no es más que un futuro rojo”. La segunda, una cita muy utilizada en internet y cuya autoría se debate: “La tradición no es la adoración de las cenizas sino la transmisión del fuego”, que utilizó para finalizar su disertación, no sin antes parafrasear de nuevo el principal lema de Donald Trump, esta vez más allá de España: “Hagamos Occidente grande otra vez”.
En su intervención, Trump hizo mención a la presencia del diputado español en la Conferencia, aunque de una manera un tanto singular. Tras comentar que parece que Vox “será número dos” y “luego número uno”, aclaró que eso es lo que había leído y, sabiendo que “mucho es fake news”, no podía creerse todo.
"¿Quién eligió a Soros?"
A los términos habituales usados por la derecha estadounidense y sus conspiraciones se sumó un nombre muy asiduo en estos espacios, el de George Soros. Lo mencionó en su discurso el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que se congratuló de que en su país “el globalismo ya murió”.
Bukele, que censuró a la comunidad internacional, las ONG y las ‘fake news’, denunció que un grupo de burócratas “que no han sido electos intentan imponer políticas públicas”, situando como cabecilla de todos ellos al magnate: “¿Quién eligió a Soros para que impusiera políticas públicas y leyes? ¿Por qué se siente con derecho a imponer su agenda?”
El presidente de Argentina, Javier Milei, no decepcionó a quienes esperaban al dirigente en su versión más televisiva. “¡Yo soy el león!”, apuró nada más subir a la tribuna. Desde ahí, Milei, en la misma línea que Abascal, advirtió que “Occidente está en peligro por el avance de las ideas socialistas”.