Codazos en el Consejo de Ministros: Sánchez censura a Montero por su actitud con el "sí es sí"
El presidente lamenta que la titular de Igualdad busque “visibilidad” con el enfrentamiento. Feijóo le preguntará en el Senado por la división en el Gobierno
Es salir de España y al presidente del Gobierno se le ve más cómodo. Pedro Sánchez está inmerso en las visitas preparatorias de la presidencia española de la UE, que arranca en junio. Y, en este marco, despachó con los periodistas en Zagreb sin cámaras ni micrófonos. La conversación fue clarificadora, toda vez afirmó que la tensión política provocada por Irene Montero a propósito de la reforma de la ley del sólo sí es sí se debe al periodo de precampaña. Busca tener “visibilidad”, lamentó.
De hecho, animó a la titular de Igualdad a hacer públicas sus propuestas para reformar la polémica norma, dando a entender a renglón seguido que la única reforma seria es la planteada desde el inicio por Justicia. Esto es, por el ala socialista. Un planteamiento que hace entender mejor lo ocurrido esta misma semana en los pasillos del Congreso. Primero, Irene Montero dijo que había enviado una nueva propuesta al PSOE y solicitó negociar con discreción. Solo unos minutos después, María José Montero retaba a los periodistas a que le enseñaran el papel porque ella lo desconocía.
En el fondo del asunto, razonan fuentes del entorno del presidente, está la intención de Unidas Podemos de sacar la cabeza y marcar la agenda, diluyendo de igual forma a Yolanda Díaz, que sin éxito ha reclamado con insistencia lavar los trapos sucios en casa. En dicha charla informal, el propio Sánchez también se quejó de que su socio haya filtrado su propuesta para abaratar la cesta de la compra sin antes coordinarlo con Moncloa, tal y como informó El País.
“Irene Montero está en desactivar a Yolanda Díaz y en marcar la agenda, aunque esto provoque enormes problemas al Gobierno de coalición”, según el resumen de un destacado dirigente del PSOE. El presidente, en todo caso, supera otra semana en la que ya ha dejado claro que la reforma de la ley del sólo sí es sí saldrá adelante, aunque sea apoyándose con los votos del Partido Popular. Y en la que, también, la Cámara Baja dio luz verde a la Ley Trans impulsada por la formación morada, superando así las tensiones internas que provocó la norma. Solo Carmen Calvo se descolgó rompiendo la disciplina de voto.
“El Gobierno de coalición va a resistir”, enfatizaron ambas partes del Ejecutivo. “Ya le digo que no. No se contempla”, contestó, categórico, hace solo unos días el propio Sánchez al ser preguntado por una posible ruptura formal del gabinete.
Para el PP, la enorme polémica por el sí es sí y la brecha del Ejecutivo está haciendo a Sánchez más daño que cualquier otra cuestión. Y por ello seguirán insistiendo en el tema, aprovechando además que el debate de la reforma en el Congreso no se celebrará hasta el siete de marzo, un día antes de las manifestaciones feministas. “¿Cree que España merece un Gobierno en crisis permanente?”, le preguntará Alberto Núñez Feijóo a Sánchez en un nuevo cara a cara en el Senado la próxima semana.
Si bien, los populares también tienen sus propios líos internos. La posición del gallego reivindicando la ley de plazos del aborto provocó el enfado de un importante sector de la formación, el más conservador. Los periodistas preguntaron a los portavoces de Génova si el aborto es un derecho o no, y la ambigüedad marcó sus respuestas provocando que el lío cada vez fuera mayor. “El aborto es un derecho de la mujer conforme a la ley pero no es un derecho fundamental”, quiso zanjar el tema Feijóo, consciente del ruido interno.
“El aborto siempre ha sido un tema muy complicado para nosotros porque hay muchas sensibilidades. Están quienes rechazan completamente el aborto, quienes apoyan la ley de Felipe González y los que, como promulga Feijóo, ve bien la ley de plazos”, en palabras de un barón territorial del PP, que añade: “Lo importante es que salgamos de este debate cuanto antes”.
Algunos diputados del PP, por cierto, mostraron su preocupación e indignación cuando escucharon desde la tribuna a María de la Cabeza Ruiz Solás, representante de Vox, mostrarse preocupada por “el alarmante aumento” de homosexuales y transexuales en España.
“Es una barbaridad. Igual que sobre el aborto sí hay debate, no lo hay sobre esto, sobre la vida de cada uno. El problema es que tendremos que gobernar con ellos si queremos recuperar determinadas plazas en las elecciones de mayo”, lamentó un diputado popular.