Los científicos suplican la medida drástica del turista en los lagos de Covadonga
Un informe pide reducir la afluencia diaria de visitantes al espacio protegido en un 75%.
Los lagos de Covadonga no pueden seguir asumiendo la actual afluencia de turistas. Esa es la principal conclusión a la que ha llegado un estudio elaborado por miembros de la oficina técnica de Europarc-España.
El informe, titulado Estudio de capacidad de acogida del sector ‘Lagos de Covadonga’ del parque nacional de los Picos de Europa y al que ha tenido acceso La Nueva España, subraya que “debemos ser conscientes de que un enclave como los lagos de Covadonga, en el corazón del parque nacional de los Picos de Europa, no puede soportar una afluencia de hasta 7.550 visitas al día (registrada el 5 de agosto de 2021)”.
Tal acumulación de visitantes genera “continuos episodios de masificación, que ocasionan insatisfacción del público visitante, inseguridad y posible afección a los recursos naturales”, según el estudio.
De hecho, el documento realizado por la oficina técnica de Europarc-España alerta de que “corremos el riesgo de convertir el espacio protegido en un parque periurbano, donde todo vale”.
Los expertos proponen reducir las visitas diarias en un 75%
Para elaborar una recomendación de visitantes diarios al entorno natural, el estudio ha tenido en cuenta tres variables: la física (número de visitantes que un área determinada puede acoger según sus propias características físicas), la ecológica (cifra de visitantes a partir de la cual aparecen impactos críticos o irreversibles en la dinámica natural del ecosistema) y la psicológica (el nivel de visitantes a partir del cual se constatan episodios de masificación, hacinamiento e insatisfacción generalizada por parte de los visitantes).
Tras realizar un exhaustivo análisis, los autores del informe han precisado que el número máximo de visitantes diarios a los lagos de Covadonga debería cifrarse en 1.873 personas, es decir, un 75% menos de las 7.550 personas registradas el 5 de agosto de 2021.
En cualquier caso, el documento resalta que se trata de un “valor orientativo, que depende de diferentes variables y que podremos aumentar o disminuir en función de las necesidades y de las capacidades de gestión del espacio protegido”.