Las amenazas de Montoro
El ministro quiere que se entere todo el mundo. Los grandes medios trafican con material informativo sensible para negociar sus deudas con el fisco, según su versión. Abandonado por los suyos, Cristobal Montoro se ha despachado a gusto.
El ministro quiere que se entere todo el mundo. Los grandes medios trafican con material informativo sensible para negociar sus deudas con el fisco, según su versión. Abandonado por los suyos -solo dos ministras y menos de 40 diputados del PP han seguido su comparecencia desde la tribuna del Congreso-, Cristobal Montoro se ha despachado a gusto: "Todos los grupos de comunicación sin distinción ideológica tienen serios problemas porque me lo vienen a contar a mi despacho".
A esto achaca todas las informaciones sobre el supuesto trato de favor a algunas grandes empresas ligado a las dimisiones y destituciones que se están produciendo en las últimas semanas entre los altos cargos de Hacienda: "Alguna relación debe tener. Cuando veo algunas informaciones, uno llega a pensar, la verdad, ¿esto tendrá que ver con lo que está ocurriendo? ¿Será alguna forma de presión?" Pero el ministro no se va a quedar cruzado de brazos ante las informaciones altamente sensibles que algunos medios atesoran y no han publicado todavía.
Montoro puede saber exactamente quién ha hablado con quién y sobre qué asuntos. Atentos: en la Agencia Tributaria se graban todas las conversaciones telefónicas, también los móviles corporativos. Y dentro de muy poco la Agencia Tributaria va a levantar el carácter reservado de los datos fiscales de los contribuyentes, como el propio ministro ha adelantado, al cambiar el artículo 95 de la ley General Tributaria.
Montoro estaba hoy K.O., según el comentario general entre diputados y periodistas. Mientras Pedro Saura, del PSOE, le pedía que aclarase si la empresa que montó en 2006 y abandonó en 2008, Equipo Económico, tenía algo que ver con el expediente de la multinacional Cemex, que supuestamente provocó la destitución de Dolores Linares y prendió la mecha, el abatimiento de Montoro se ha hecho visible. El ministro, alicaído y muy serio, escuchaba desde el sillón azul, lo que más le duele : verse mezclado él o alguien de su entorno en un trato de favor a un gran contribuyente. Aunque tanto Montoro como Equipo Económico lo han desmentido, el ministro quiere que los medios rectifiquen. "No tengo ninguna relación profesional con ninguna empresa desde 2008. ¿Es pecado montar una empresa en el año 2006?", se ha preguntado. Pero a renglón seguido, para que los medios entren en razón, ha amenazado con la morosidad; "Cuando leo algunas informaciones pienso que tienen que ver con la morosidad", y ha añadido: "la obligación del mensajero es transmitir el mensaje, no que se lo invente", y también "se manejan informaciones que no son sanas para nadie".
Los mensajes de hoy no son fruto del Montoro bocazas, sino del Montoro que juega a estratega, con escaso éxito de momento. Hasta ahora, su principal cruzada era contra los grupos de la oposición, a los que desde el hemiciclo ya ha amenazado con la información que posee sobre las deudas que tienen con Hacienda. Aunque él y su propio equipo insisten en que no van a filtrar ningún expediente, el ministro no deja de utilizar a la Agencia Tributaria como arma. "A nosotros en sede parlamentaria nos ha amenazado hasta tres veces con nuestra morosidad, y hoy les ha tocado a los funcionarios y a los medios de comunicación. Está fatal que lo haga porque es el ministro de Hacienda", asegura Cayo Lara, líder de IU.
Las confrontaciones entre Saura y Montoro son ya un clásico: "A mí -recuerda Saura- la primera vez que me amenazó fue a raíz de que le pidiera que aclarase si había cobrado en dinero B a partir de la doble contabilidad de Bárcenas. Ante las insinuaciones que me hizo, publiqué mi declaración de Hacienda". Los altos cargos de Hacienda que trabajaron en el gobierno socialista están también en el objetivo de Montoro, a pesar de que dice que se acaba de enterar de su existencia. En Hacienda sospechan que el exsecretario de Estado, Juan Manuel López Carbajo, la exdirectora de Loterías, Inmaculada Vela, y la exdirectora general de Aena, Encarnación Vivanco y otros tres ex altos cargos socialistas lideran la campaña contra la Agencia Tributaria, porque han cumplido ya los dos años de incompatibilidades y buscan destino.
La sensación de que Montoro se siente perseguido más allá de la realidad es más que un chascarrillo que sobrevuela la gravedad de las acusaciones. Ha sido tremendo ver cómo los ministros que hoy han desfilado por la sesión de control han ido desapareciendo del hemiciclo, sabiendo que al hombre que reparte los dineros le esperaba un trago amargo. José Manuel Soria, José Ignacio Wert, Jorge Fernández, José Manuel García Margallo y hasta la vicepresidenta Sáenz de Santamaría no han tenido el gesto de protección que otras veces han practicado con otros compañeros en apuros. Sólo Fátima Báñez se ha compadecido, igual porque quedaba francamente mal abandonar el hemiciclo nada más terminar su intervención mientras Montoro subía al estrado. Ana Mato no tenía escapatoria, pues hasta que el ministro no finalizara, no hablaba ella.
"El ministro utiliza la información que tiene en virtud de su cargo, desde la tribuna del Congreso. Es una táctica gangsteril" remata Soraya Rodríguez, la portavoz del PSOE.
Puedes consultar el borrador de la transcripción de la comparecencia del ministro de Hacienda en las páginas 22 a 27: