Corinna: ¿Chantaje o retirada?
En el Congreso y en los aledaños de la Zarzuela consideran que Corinna está organizando su retirada y de paso haciéndo una campaña de publicidad para captar nuevos clientes una vez que el grifo se ha cerrado en España.
En el Congreso y en los aledaños de la Zarzuela consideran que Corinna está organizando su retirada y de paso haciéndo una campaña de publicidad para captar nuevos clientes una vez que el grifo se ha cerrado en España. Sin embargo, los profesionales del lobby aseguran que la ruptura de la confidencialidad en este tipo de trabajo es letal, y que le será difícil restablecer su negocio. En cualquier caso, Corinna no es considerada una lobbista, sino una conseguidora. Un matíz clave. Sus señorías no saben cómo contrarrestar la sensación ciudadana de que la amiga entrañable del Rey, al igual que el tesorero del PP, juegan al chantaje puro y duro a las máximas instituciones.
"Que un director del CNI que presume en sus charlas de que su gente es capaz de interpretar un susurro en cualquiera de las lenguas que controla, ¿no va a saberlo todo de una amiga tan especial del rey?", asegura un diputado que conoce de cerca a Felix Sanz Roldán, tras el eco de la comparecencia este martes del general. El jefe de los espías, que informó en la comisión de gastos reservados, dejó a los diputados absolutamente encantados con su versión de los hechos -de cara a la galería, claro-. El general Sanz, que había pactado su intervención previamente con su jefa directa, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, según fuentes del Estado "porque es su obligación", aseguró que ni se le ha encargado ningún trabajo a Corinna, ni que se le ha pagado por encargo alguno. Hasta ahí la versión oficial. Pero, como observan algunos políticos off the record, "el general ha sido Jefe supremo de las Fuerzas Armadas durante cuatro años y ha trabado una relación de confianza con el rey. Tan buena que el monarca insistió en que continuara al frente del CNI con el Gobierno de Rajoy a pesar de que le nombró Zapatero". Más difícil, por tanto, es tragarse que no supieran hasta la marca de la ropa íntima de la princesa. "El propio rey es el primer interesado en tener información sobre las personas con las que se relaciona. No es necesario que un Gobierno pida al CNI esa información. La Casa Real también puede hacerlo", asegura una fuente parlamentaria que ha estado en el Ejecutivo.
"Esto no es un tema rosa. En las cercanías del poder surgen personas contra las que hay que actuar con transparencia y contundencia", dice Jesús Posada, presidente del Congreso de los Diputados, quien hablando de Corinna y Bárcenas, recuerda el peligro que suponen este tipo de personajes. Cita la II República y el tráfico de influencias entre destacados políticos y los empresarios de un juego de ruleta que dio nombre al estraperlo -Strauss, Perel y Lowann- y el caso del general Silvestre y el desastre de Annual, determinante para Alfonso XIII. Por mucho que preguntes, los diputados cierran filas en torno a las palabras de Sanz Roldán, incluido Cayo Lara, que cree firmemente en las explicaciones del director del CNI sobre la princesa alemana aunque vaya a pedir exigir al Gobierno que aclare si intermedió en su nombre: "El presidente del CNI dice la verdad cuando asegura que no ha utilizado sus servicios. Esta señora está en retirada y quiere hacerse publicidad para captar otros clientes".
Lo mismo piensan en el PSOE, donde son todavía más fans que Cayo Lara del director del CNI. "Me tranquiliza que los servicios de inteligencia de este país no hayan sido utilizados nunca por la señora Larsen -nombre de soltera de Corinna-, ni con temas sensibles ni no sensibles", afirma Soraya Rodríguez, portavoz del PSOE, que cree a pies juntillas en Sanz Roldán. Otro diputado, amigo desde hace años del general Sanz Roldán y con el que ha trabajado codo a codo, está convencido de que la alemana no habría orquestado esta campaña si no hubiera sido porque los mails de Diego Torres, el socio de Urdangarín, le han obligado a salir a la palestra "para poder limpiar su nombre y mantener su negocio".
Sorprendentemente es la misma tesis que mantienen en los aledaños de La Zarzuela. Defienden que la princesa Corinna no tiene capacidad de chantajear ni a la Casa Real ni al Gobierno, con las entrevistas y las filtraciones que está realizando. "Lo que está haciendo es organizar su retirada, cubriéndose la retaguardia. Para su trabajo, relaciones y comisiones, es importante ir desmontando todo lo que le achacaban", según las citadas fuentes.
Entre ese "todo lo que le achacaban" está el cobro de comisiones por el AVE a la Meca, cuando en realidad quien cobró la comisión por ese contrato fue su conocida y supuesta amiga, la iraní Shahpari Zanganeh, exesposa Adnan Kashoggi, el traficante de armas saudí. Tampoco sacó un euro -o eso opinan medios políticos cercanos a La Zarzuela- por la comisión que esperaba de su intermediación entre Repsol y la rusa Lukoil, puesto que la operación no se llevó a cabo. Y sin embargo, sí que dejó sin unos cuantos millones de euros a un importante grupo de empresarios españoles, que la acompañaron en la creación de un fondo de inversión que se pergeñó en el viaje a Riad de los Reyes en el 2006, se constituyó en el 2007, y terminó costando 21 millones de dólares a un influyente número de empresarios españoles. Por otra parte, las fuentes consultadas mantienen que si la estrategia de la princesa alemana fuera intentar algún tipo de presión sobre la Monarquía, se está equivocando. "O ella, o el despacho de abogados británico -Shillings- con el que elabora su estrategia mediática, están errando el tiro".
Una cosa es ser lobbista y otra conseguidora
En el sector del lobby, donde la discrección y la confidencialidad es una de las premisas para conservar el prestigio, no entienden que alguien pueda pensar que la estrategia de Corinna la refuerza como intemediaria. "Lo primero es que hay que distinguir entre el trabajo de esta señora y el de una empresa que se dedica al lobby. Ella es una conseguidora que pone en contacto a unas personas con otras. En el lobby hay un objetivo muy concreto para lo que se despliega una estrategia muy estudiada, en la que se asesora para influir sobre algo. Su presencia mediática y las revelaciones que la acompañan no creo que incentiven a nuevos clientes. Al menos, no del tipo de los que tenía hasta ahora", opina una influyente profesional del lobby.
¿Cuáles son entonces las intenciones de Corinna? Atentos al próximo capítulo.