Las primarias que vuelven a sorprender
Lo mas interesante de lo que sucedió este martes en New Hampshire tiene que ver con los demócratas. El senador de 74 años Bernie Sanders batió por más de 20 puntos a la senadora Hillary Clinton, la favorita del establishment demócrata. Todo un mensaje con mucho significado. La "revolución política" de Sanders es una realidad.
New Hampshire es un estado pequeño de la Costa Este. El 90% de la población es blanca, está educada y tiene un nivel de vida superior al resto de Estados Unidos. Podríamos decir que NH no es un estado representativo de Estados Unidos en materia electoral, y sin embargo es importante. Y lo es porque allí se celebran las primeras primarias tras los caucus - asambleas - de Iowa. Es importante también porque es un estado demócrata, y la movilización de los votantes demócratas en las primarias puede dar una idea de hacia donde puede ir la balanza en las elecciones presidenciales de 2016.
Lo mas interesante de lo que sucedió este martes en New Hampshire tiene que ver con ambos partidos, pero sobre todo con los demócratas. El senador de 74 años Bernie Sanders batió por más de 20 puntos a la senadora Hillary Clinton, la favorita del establishment demócrata. Todo un mensaje con mucho significado. Es más, el portavoz de la Casa Blanca ha llegado a decir que "los ciudadanos tienen que pensar en quién tiene experiencia para solucionar los problemas, frente a quien sólo manda eslóganes", en un claro apoyo a Hillary Clinton.
Pero la "revolución política" de Sanders es una realidad. Ha sido capaz de movilizar en su favor a los jóvenes, que ven cómo no tienen futuro en un país en el que cada vez es más costoso el nivel de vida y más bajos los salarios, y entre las mujeres que no terminan de fiarse, sorprendentemente, de Hillary Clinton en estos primeros pasos de las primarias.
Bernie Sanders es un desconocido del gran público, pero no del establishment. Político izquierdista, lleva desde 1981 como representante público. Judío, hijo de inmigrantes y nacido en Nueva York, desde muy joven se trasladó a vivir a Vermont, donde se ha forjado su carrera política. Propone acabar con los excesivos costes de las recetas médicas, ampliar la reforma sanitaria de Obama, acabar con la desigualdad salaria, sobre todo de las mujeres. Quiere un sistema publico y totalmente gratuito de universidades en Estados Unidos, una nueva reforma fiscal que obligue a las grandes corporaciones y al famoso 1% de los más ricos a pagar más, y una reforma electoral que impida que las empresas financien las campañas electorales.
Sanders está ilusionando a millones de estadounidenses blancos de clase media y media/baja, absolutamente desconcertados con las políticas de Barack Obama, quien llegó a la presidencia con promesas en 2008 de elevar el nivel de vida y que, en ocho años, no ha sido capaz de conseguir que la gente - incluidas las minorías negra e hispana- defiendan mayoritariamente su gestión.
Clinton cuenta con el apoyo, no sólo de la Administración Obama, de la que se ha llegado a publicar que, si Sanders sigue superando a Hillary en Carolina del Sur, Joe Biden se podría presentar para "parar a Sanders". La mujer de Bill Clinton cuenta con el apoyo de Hollywood y de los principales sindicatos del país, así como de los evangelistas, pero de momento no parece suficiente.
En el lado republicano, New Hampshire nos deja a Donald Trump como gran vencedor. Otro populista, en este caso en la extrema derecha, que ha conseguido, según un informe de la CNN, movilizar a miles de votantes que en 2008 votaron a Barak Obama. Sus votantes son de un perfil parecido a los votantes de Sanders, con la diferencia de que están en contra de legalizar a la inmigración ilegal. Los votantes de Trump están preocupados por el empleo, las desigualdades salariales, hartos de los políticos, de Wall Street y de ver cómo no tienen oportunidades de mejorar en la vida. Trump, mucho menos elaborado que Sanders y un outsider en la política, lucha en realidad por un perfil de votante muy similar.
También comparten que sus campañas no están siendo financiadas por las grandes corporaciones, los SuperPac. Sanders recibe millones de donaciones de la gente a través de la red, y Trump se está gastando su fortuna personal.
El bando republicano, además de la aplastante victoria de Trump, deja otras sorpresas; como a Kasick, el sensato gobernador de Ohio, en segunda posición. Quizá el aspirante más moderado de los republicanos, junto con Marco Rubio, aunque este último, lejos de triunfar en NH, se llevó un varapalo. Aunque para decepciones, Jeb Bush. Ciertamente ya se esperaba, pero el pequeño estado de la Costa Este pone de manifiesto que ni tiene ganas, ni tiene apoyos, por mucho dinero de las corporaciones que obtenga su campaña.
Ahora llegan las primarias de Carolina del Sur. Muy interesantes, por varias razones. Se trata del primer estado del sur, mayoritariamente republicano en las elecciones presidenciales (a diferencia de NH), y con mucha población negra. Interesante porque será el primer test para ver cómo de grande es la movilización social en ambos partidos, y sobre todo, qué hace el votante de color.
Los aspirantes republicanos del establishment, además, ven horrorizados la victoria de Trump. Al igual que el vicepresidente Biden podría presentarse en el último minuto en el lado demócrata, Bloomberg se está planteando entrar en la batalla republicana para intentar parar los pies al magnate neoyorquino.