Fútbol para niños con discapacidad

Fútbol para niños con discapacidad

Que los deportes, en general, son buenos para los niños es una obviedad. Pero algunos son más fácil de adaptar que otros a las necesidades de aquellos que necesitan una educación especial porque tienen problemas de desarrollo.

Que los deportes, en general, son buenos para los niños es una obviedad. Pero algunos son más fácil de adaptar que otros a las necesidades de aquellos que necesitan una educación especial porque tienen problemas de desarrollo.

Hace catorce años que un periodista argentino instalado en Nueva York, Gustavo Szulansky, fundó la asociación Super Soccer Stars. La idea inicial era enseñar a los niños estadounidenses a jugar al fútbol. Lo que nació con 25 niños hoy se ha transformado en una gran empresa que cuenta con 25.000 niños que forman parte del programa en las ciudades de Nueva York, Miami, Boston y Los Ángeles.

  5c8b68aa2300005400e81f76

Gustavo Szulansky. Foto: Round Star Foundation.

El fundador y presidente de Super Soccer Stars define su aventura como "una casualidad":

Fue en el año 2000 cuando mi hijo mayor, que hoy tiene 21 años, se inscribió para participar en una liga de fútbol en Manhattan. Con la ventaja de haber sido criado en Argentina, país futbolero, fui el voluntario designado para ser entrenador de su equipo... Y para mi sorpresa, la enorme mayoría de los niños no tenía ninguna experiencia previa con el deporte, pese a que estaban uniformados. Nunca habían pateado una pelota, y ni siquiera visto un partido en la tele. Considerando que la liga tenía mas de 3.500 familias dispuestas a levantarse muy temprano los domingo de otoño, supuse que podría ser interesante crear un programa que ayudara a esos niños a aprender algo antes de tener que jugar un partido formal.

Dicho y hecho. El desembolso para comenzar la aventura fue mínimo porque la inversión era en camisetas, balones y el diseño de las clases. Szulansky reinvirtió todo lo que ingresaba y hoy es una empresa sin deudas.

  5c8b68aa200000450470b03b

Niña de la escuela M811 de NuevaYork. Foto: Round Star Foundation.

Hoy en día en Estados Unidos el fútbol es el deporte con mayor crecimiento en afiliación de niños y jóvenes. De hecho, se estima que en el 30% de los hogares estadounidenses alguno de sus miembros practica el fútbol. Hay algunos informes que cifran en 25 millones las personas que juegan al fútbol regularmente.

El crecimiento de Super Soccer Stars ha sido exponencial desde su nacimiento, y si bien desde el principio se daban becas para los niños más desfavorecidos, no fue hasta el año 2012 cuando se creó la Fundación Super Soccer Stars. "Para entonces, por ejemplo, ya habíamos enviado profesores dos veces a escuelas rurales de regiones pobres de Zimbabwe, y a través de la Fundación, con su capacidad de recibir donaciones deducibles de impuestos del público en general, hemos conseguido hacer dos viajes el año pasado; uno a Bahía, en Brasil, y un tercer viaje a Zimbabwe".

En el 2013 se lanzaron a la apuesta de enseñar a niños, jóvenes y adultos con diferentes tipos de discapacidad. Se trata del denominado programa Shine que actualmente se desarrolla en Nueva York gracias a un acuerdo con el Departamento de Educación de la ciudad. Este programa está destinado a los más pequeños con problemas de desarrollo, tanto de motricidad, como psicomotricidad, autismo, enfermedades raras o diferentes parálisis. El proyecto para niños con necesidades especiales está subvencionado en parte, mientras que los padres hacen frente al pago de una parte proporcional. A diferencia de los niños sin ninguna discapacidad, las clases de fútbol para niños con problemas se ofrecen en colegios públicos y privados de Nueva York. Los profesores están especializados: "Hoy en día la formación de los centenares de profesores de Super Soccer Stars está estructurada, con requerimientos claros a cada paso. Nadie puede estar a cargo de una clase si no cumple con un gran número de pasos previos, que incluyen el haber asistido a otros profesores durante meses. Y todo esto está implementado por un brillante grupo de gerentes deportivos, que incluyen a un excompañero de David Beckham en el Manchester United".

  5c8b68aa2400006c05a4a48e

Niños de la escuela P373 en Staten Island, Ciudad de Nueva York. Foto: Round Star Foundation.

En el caso de los pequeños con discapacidades, los profesores además tienen una preparación especial para que los niños puedan conseguir el máximo fruto posible de sus clases, en entornos absolutamente familiares, seguros, y controlados.

Década y media después, Gustavo Szulansky asegura que: "Medio en broma yo suelo decir que a través de la Fundación quiero solucionar todos los problemas de la humanidad. El fútbol es una maravilla que desconoce fronteras, y ayuda a comunicarse en un terreno de igualdad al pobre y al rico, el alto y el bajito, el oriental, el negro y el blanco, el conservador y el revolucionario. Todos 'hablamos' fútbol!"

La Fundación es una organización abierta e inclusiva. Aceptan voluntarios para muchas de sus tareas. "Obviamente, las donaciones de dinero también nos ayudan enormemente. Enviar profesores y equipos a otros continentes no es barato, y cuesta mucho dinero dar clases a niños con autismo, con problemas de adaptación... estos pequeños requieren un nivel de atención superlativo. Es indiscutible que si llegamos con la magia del fútbol a más, miles, o millones de niños, ellos serán mas felices, y por lo tanto la nuestra una sociedad mas próspera".

MOSTRAR BIOGRAFíA

Pilar García de la Granja es periodista, especializada en economía y finanzas. Licenciada en Ciencias de la Información por el CEES- Universidad Complutense de Madrid. En España ha desarrollado su carrera en Expansión TV, Onda Cero y el grupo Intereconomia y columnista en medios especializados como ElEconomista. Actualmente es corresponsal de Tele5 en Estados Unidos y colaboradora de El Programa de Ana Rosa en T5 y cofundadora de la plataforma especializada TheLuxonomist. Es autora de “¡Me equivoqué!” (Planeta) y “En qué jardín nos han metido: ideas prácticas para salir de la crisis” (Ed. Homo Legens).