La identidad de la tierra

La identidad de la tierra

"España adopta esta decisión junto a otros dos países: Irlanda y Noruega. Y parece que otros, como Malta, Eslovenia y Bélgica, se inclinan por lo mismo".

Unos niños ondean banderas palestinas en Gaza en octubre de 2015, el día en que por primera vez se izó en la sede de Naciones Unidas en la franja.Majdi Fathi / NurPhoto via Getty Images

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confirmó ayer en el Congreso de los Diputados que el próximo 28 de mayo el Consejo de ministros reconocerá al Estado palestino. Esta medida no solo cumple con las resoluciones de Naciones Unidas, sino que también otorga, por parte de nuestro país, la legitimidad que el pueblo palestino merece en su demanda de ser reconocido en su tierra.

Consideramos la dignidad de un pueblo diverso que comparte una tierra entre distintas religiones, un pueblo que lucha por unas fronteras reconocidas que les permitan desarrollar una vida dentro de una normalidad no securitizada, donde cesen los asentamientos ilegales y no haya muros.

España adopta esta decisión junto a otros dos países: Irlanda y Noruega. Y parece que otros, como Malta, Eslovenia y Bélgica, se inclinan por lo mismo. Desde la semana que viene, ya serán 147 de 193 países miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) los que reconocen a Palestina.

El próximo paso es trabajar para que el Estado palestino sea reconocido como miembro de pleno derecho en la ONU, ya que actualmente su estatus es de miembro observador. La Asamblea General de Naciones Unidas respaldó, hace unas semanas, la admisión de Palestina como miembro de pleno derecho -con 143 votos a favor, nueve en contra y 25 abstenciones-, aludiendo a que cumple los requisitos necesarios. 

Y recomendó al Consejo de Seguridad, que emite resoluciones vinculantes, que lo considere de nuevo, ya que Estados Unidos vetó esta decisión el pasado 18 de abril. Esta resolución de la Asamblea General concede más competencias a Palestina, aunque sin derecho a voto ni a presentarse como candidato en los organismos de la ONU.

Debemos considerar el día después; para ello, se necesitan las conocidas como fronteras de 1967 que incluyen a Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Este. La resolución 242 (1967) insistía en la inadmisibilidad de la adquisición de territorio por medio de la guerra y en la necesidad de trabajar por una paz justa y duradera, en la que todos los estados de la región puedan vivir con seguridad. 

También hacía un llamamiento a la retirada de las fuerzas armadas israelíes de los territorios ocupados durante la guerra del 67. Esto nos lleva al debate sobre los asentamientos ilegales en territorio palestino, que son inadmisibles para que los palestinos puedan desarrollar su vida con normalidad y que dificultan la delimitación de fronteras. 

Como comentó el presidente del Gobierno, se puede reconocer un estado, aunque no tenga fronteras definidas; por ejemplo, Israel es un estado cuyas fronteras han variado según los conflictos y distintos acuerdos. De aquí la relevancia de un proceso de paz en el que todas estas cuestiones se puedan dialogar, para que ambas partes puedan acordar temas tan cruciales como este. La propuesta de la Conferencia de Paz del presidente Pedro Sánchez sería un gran comienzo.

Además de las fronteras, Palestina necesita un proceso político y un gobierno que cuente con el apoyo del pueblo palestino. Nuestro partido siempre ha apoyado a la Autoridad Palestina. Un Estado palestino independiente con instituciones democráticas es la mejor garantía para el futuro de los palestinos, lo que será vital para un futuro de paz, seguridad y prosperidad en la región.

Reconocer al Estado palestino no implica validar a Hamás, a quienes siempre se ha exigido la liberación inmediata de los rehenes israelíes, y cuyo acto terrorista desencadenó una espiral de violencia imperdonable. Resulta curioso que esta acusación infundada provenga de miembros del gobierno israelí, cuya estrategia militar no ha logrado traer a todos los rehenes a casa, ha destrozado prácticamente en su totalidad las infraestructuras de Gaza y ha causado la muerte de más de 30.000 civiles, según organismos internacionales.

España está contra el terrorismo y con la paz. Cabe recordar aquí un hecho histórico: mientras la ONU consideró un genocidio las matanzas de Sabra y Shatila en el Líbano, España no por ello dejó de reconocer poco después al Estado de Israel.

Reconocer al Estado palestino es cumplir con una causa justa. La Resolución 181 de la ONU, de 1947, ya proponía la partición del territorio tanto para árabes como para judíos. La pregunta es: ¿por qué se reconoce a unos y a otros no, después de más de 70 años?

Según el Barómetro del Real Instituto Elcano (BRIE), el 78% de la población española apoya que los estados europeos reconozcan al Estado palestino. Y el gobierno de España, siguiendo la voluntad popular y el acuerdo de coalición, reconoce al Estado palestino.

Es importante no olvidar que, en este momento histórico, se debe trabajar de la mano de la sociedad civil palestina e israelí. Esta última está pasando continuamente por el trauma de los hechos acaecidos el 7 de octubre. Las familias con rehenes de Hamás necesitan nuestro apoyo, solidaridad y, sobre todo, ser escuchadas.

La causa palestina también es la causa de aquellos israelíes que desean, creen y necesitan la paz. Son hermanos semitas que deben olvidar un pasado de conflicto. Como decía Hannah Arendt, "el perdón es la clave para la acción y la libertad".

Titania
Titania
Santander

Hana Jalloul es portavoz de Exteriores del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso

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Doctora por la Universidad Complutense de Madrid en el departamento de Relaciones Internacionales y Derecho Internacional Público. Licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración. Ha sido Junior Expert en dos proyectos de la Comisión Europea en el Líbano durante tres años. Asistente político en la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE) para las elecciones parlamentarias libanesas 2009. Como profesora asociada en la Universidad Carlos III ha impartido las asignaturas de Teoría e Ideologías Políticas I, Introduction to Politics y Análisis político I, impartidas en los dobles grados de Relaciones Internaciones y Políticas, Políticas y Sociología y en el grado de Ciencias políticas. En la actualidad es Profesora de la asignatura International Terrorism en el Máster en Geopolítica y Estudios Estratégicos de la Universidad Carlos III. También es profesora en la Universidad de Nebrija donde imparte la asignatura de The European Union: culture, History and Institutions. Además, es asesora en el gabinete técnico del Delegado del Gobierno en Madrid. Tiene distintas publicaciones sobre islamismo radical y moderado, deconstrucción de los discursos islamistas radicales, iniciativas para la prevención de la radicalización que lleva a la violencia y la desradicalización y política internacional.