"Es muy duro, pero debemos quedarnos con lo que más vi aquel día: amor, mucho amor por el otro. Eso pervive", afirma el policía Will Jimeno, superviviente del ataque.
EEUU, la mayor potencia del mundo, fue atacada hace 20 años, un hito que cambió para siempre la historia contemporánea y cuyas derivadas todavía colean.
El 13 de noviembre de 2015, una cadena de ataques yihadistas causaron 130 muertos y más de 400 heridos, un golpe que sacó a flote la debilidad del sistema ante el terror.
Los ataques generaron una profunda crisis existencial, que acabó en una pantanosa guerra contra el terrorismo y aceleró su declive como superpotencia global.
El ascenso de los talibán se festeja en Al Qaeda, sus aliados, pero sus portavoces insisten en que han cambiado y ahora no darán abrigo a terrorista alguno.
Washington avisa de que la amenaza de un ataque terrorista por parte del Estado Islámico a las puertas del aeropuerto de Kabul es "real, grave y persistente".
Burkina Faso envía un informe a la Audiencia Nacional con mensajes de los terroristas vanagloriándose del crimen de los dos periodistas españoles y un ecologista irlandés.