Después del breve paréntesis que supuso la irrupción de Podemos en sus primeros meses, con un discurso y un planteamiento rompecinturas, las aguas han ido, poco a poco, volviendo a su cauce natural. Al de siempre, al de la rigidez y previsibilidad. Como el agua filtrada que no quiere mancharse del resto de la sociedad, el camino que lleva a Roma será uno o no será.