El arzobispo de Burgos se niega a excomulgar a las clarisas de Belorado
No obstante, la decisión es provisional.
El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, considera precipitado plantear que la comunidad de religiosas clarisas de Belorado (Burgos) y Orduña (Bizkaia) ha cometido un delito de cisma. En consecuencia, descarta por el momento la excomunión de las monjas.
No obstante, Iceta sí que reconoce la transcendencia de lo que está ocurriendo, un hecho que preocupaba al arzobispado y que ya está estudiando el Vaticano. El arzobispo de Burgos ha resaltado, en una entrevista con la Agencia EFE, que “es pronto para pronunciarse” sobre si las religiosas han cometido un delito de cisma, recogido en el Código de Derecho Canónico, pues “los acontecimientos están siendo tan veloces y sorprendes que hay que tener un tiempo de calma, paz y reflexión”, dada también la transcendencia de los hechos.
“No me planteo en este momento ningún tipo de medida canónica”, ha insistido. Por lo tanto, no está sobre la mesa la excomunión de las religiosas, que el pasado lunes anunciaron por carta que abandonaban la Iglesia católica para pasar a la tutela y jurisdicción del falso obispo Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado en 2019, y la llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli.
El arzobispo de Burgos quiere también recabar toda la información que sea posible para aclarar lo sucedido, y en esa tarea se enmarca el contacto que prevé mantener este mismo jueves con la monja que el martes abandonó Belorado, que se encuentra en el convento de las clarisas de Castil de Lences (Burgos), acompañada de la superiora de la Federación.
La salida de esta religiosa es la “evidencia” de que no todas las Clarisas están de acuerdo, y el arzobispo ha mostrado su inquietud por las más mayores, que ya no están en plenas facultades, y evaluar si están en condiciones de “tomar una decisión tan trascendente”.
El arzobispo ha recordado que la investigación ante la sospecha de un delito de cisma se abrió el pasado abril, tras una reunión con la presidenta de la Federación de Nuestra Señora de Aránzacu (Provincia de Cantabria-Hermanas Clarisas), a la que pertenece la comunidad de Belorado, pero lo sucedido en los últimos días “lo ha precipitado”.
Mario Iceta considera que es un momento para tener “paciencia y serenidad porque son cosas de mucha trascendencia”, y no se plantea plazos, solo espera que pase el “tsunami mediático” para poder establecer contacto con la madre abadesa y las religiosas de Belorado, “quizás vía telefónica, quizás vía telemática, quizás vía presencial”.
Por ahora, el arzobispo no ha vuelto a intentar contactar con sor Isabel de la Trinidad, a la que llamó el mismo lunes sin éxito, y esperará a que se den las condiciones apropiadas para volver a intentarlo y que se pueda entablar un diálogo “sereno”, siempre con la intención de revertir la situación, ha insistido.
El Vaticano tiene conocimiento de lo ocurrido y lo está estudiando
El Vaticano es conocedor de los hechos de Burgos, se le ha remitido toda la información, toda la documentación y todo lo que va saliendo en los medios, y al Arzobispado le han indicado que “lo están estudiando”, si bien están “preocupados” pues “es un tema serio que merece una atención esmerada, delicada, cuidadosa y prudente”, y no la vertiginosidad de estos tres días.
Mario Iceta ha asegurado, que pese a la repercusión mediática, no temen que haya un efecto contagio, pues se trata de un hecho “realmente excepcional”, algo “aislado”, y considera que las 22 comunidades femeninas y las cuatro masculinas de Burgos están “realmente bien asentadas”.
El arzobispo de Burgos tampoco cree que el caso de Belorado forme parte de una ‘vendetta’ de Pablo de Rojas, que fue excomulgado por el propio Iceta cuando era obispo de Bilbao, ni tienen confirmado que estuviera detrás de la fallida venta del monasterio de Orduña, al tiempo que afirma que “la cuestión de las propiedades de los monasterios es secundaria”.
Cree que las operaciones de compraventa, que afectaban tanto a Derio como a Orduña, “no son de carácter lucrativo”, y está convencido de que los monasterios no se mueven por motivos económicos, ya que cuesta mucho mantenerlos.
Sobre qué ocurriría con el Monasterio de Santa Clara de Belorado, propiedad de la comunidad de religiosas, si el caso acabase en cisma y excomunión, Mario Iceta ha expresado que es “algo que tendrán que ver”, comprobar qué dicen los estatutos y cómo se ha tomado la decisión, pues para este tipo de trámites se requiere el voto de todas las religiosas, y una decisión por unanimidad.
Sin embargo, para él la cuestión esencial es que las monjas “se han replanteado su fe”, y se han dirigido a la Pía Unión, “de la que desconoce su realidad, sus estatutos” para considerar que se trata de una secta. Él tiene claro que “desconoce otra Iglesia católica” que no sea la encabezada por el Papa Francisco y rechaza la postura de la Pía Unión de que el último Papa legítimo fue Pío XII.
Tampoco quiere evaluar Mario Iceta si ha precipitado la decisión el hecho de que Sor Isabel de la Trinidad fuera a dejar de ser abadesa el 29 de mayo, pues había superado la limitación de mandatos y este último, bajo permiso de Roma, expiraba a final de mes, un hecho “fehaciente”.