La mano tendida es rechazada por geopolítica: las relaciones París-Rabat se han resentido por el espionaje a Macron con Pegasus, el acercamiento del Elíseo a Argelia, las restricciones de visados y, claro, por el conflicto en el Sáhara.
Zonas rurales poco desatendidas y sin servicios sufren ahora repetidos temblores, sobre sus edificios hechos harina, mientras Rabat cierra la puerta a la llegada de ayuda humanitaria de países como Francia o Alemania.
"Con el tipo de construcción que tienen allí, las probabilidades de supervivencia en este tipo de derrumbamientos son casi nulas"", ha explicado el presidente de la ONG Intervención, Ayuda y Emergencia.
Más de la mitad de los 2.122 muertos registrados por el momento fueron en esas localidades de la provincia de Al Haouz, en el sur de Marrakech, donde los testimonios se repiten: pueblos destrozados y complicadas vías de ayuda.
Marruecos solicitó oficialmente esta madrugada ayuda a España tras el temblor que ha dejado más de 2.100 muertos. Mientras, continúan las tareas de rescate.
"Cuanto más tiempo pase menos probabilidad de réplicas hay, pero todavía es suficientemente cercano para que se pueda producir alguna", ha remarcado un experto.