La crisis se ha llevado por delante muchos de los derechos laborales cuyo final certificó la reforma laboral, pero que el que te manda callar sea tu propio Colegio, al que sufragas con tus cuotas, que pretende ser defensor del colectivo, duele. Duele en lo más hondo al ver que se posiciona del lado de los jefes de servicio del hospital y los calientasillas colegiales.