"Vive en un país (Qatar) en el que la lapidación, latigazos, tortura y pena de muerte son legales, pero le preocupa que en España haya cuatro personas en prisión preventiva por rebelión, sedición y malversación".
Denuncia que "no deja de fomentar la violencia" en torno a la Explanada de las Mezquitas, que alberga el tercer lugar más santo para el Islam y el primero para el judaísmo.
Las autoridades han anunciado el cierre de puertos, aeropuertos y puestos fronterizos para evitar la entrada de qataríes y se ha ordenado la salida de diplomáticos.
Entre los 200 periodistas que están detenidos por todo el mundo sólo por hacer su trabajo, quizá nuestro caso sea uno de los mejores ejemplos de cómo el periodismo y la política se superponen en el panorama mediático actual. El veredicto se conocerá mañana, tras 19 meses de una experiencia tormentosa que ha cambiado mi vida y la de mis seres queridos para siempre.
Catar no tiene una rica historia futbolística. Somos un país pequeño. Las temperaturas son altas en verano. Por otra parte, y de manera injusta, nuestra riqueza levanta sospechas. Pero el éxito de nuestra propuesta no se debió a que se ignoraran estas cuestiones, sino a que ofrecimos respuestas convincentes. Convertimos cada desafío en una ventaja para nosotros.