La calma domina en la isla, impuesta a la fuerza: el miedo y la represión tras lo vivido ha forzado al silencio y aun nuevo exilio masivo a Estados Unidos.
Los precios al alza, la falta de alimentos y combustible, la paralización de servicios esenciales y las malas decisiones de sus gobernantes llevan al país a una crisis inédita.
El país está inmerso desde hace meses en su peor crisis desde 1948. El fin de semana, todo estalló, con el asalto a la residencia oficial del mandatario.
El dispositivo policial superaba ampliamente en número al de los asistentes a la concentración convocada por el Movimiento Antirrepresivo de Madrid en Tirso de Molina.
Organizaciones indígenas y campesinas llevan días de encierros y manifestaciones por la carestía de la vida en el país, que creen insuficiente aún la medida de Lasso.
“Los actuales procesos judiciales en Cuba se desarrollan con pleno apego a la ley y dentro de estándares internacionalmente aceptados”, defiende el Gobierno.
Quedan tres regiones en las que se mantiene el dispositivo represivo contra unas protestas que se iniciaron por la subida del gas y han virado a crisis internacional.