Doy clase en la Universidad Carlos III, soy profesor. Este año tengo treinta alumnos, treinta proyectos de futuro, así es como a mí me gusta mirarles. Todos ellos diferentes, pero todos ellos con un claro objetivo, según me dijeron en la primera clase, el de ser felices.
El mito griego del escultor que se enamora de su propia estatua ha dado pie a uno de los conceptos de la psicología más interesantes, que explica una parte muy importante del comportamiento humano: cómo las expectativas que otros tienen sobre nosotros pueden afectarnos, llegando incluso a modificar nuestro comportamiento.