Este profesor enseña lengua y literatura convirtiendo a sus alumnos de 1º de la ESO en periodistas
"El sistema está anclado en el siglo XIX".
Para Horacio Rodil el primer día de clase de este curso fue toda una sorpresa. Su nuevo profesor de Lengua y Literatura le había dejado alucinado. Lo recuerda ahora que acaba de terminar 1º de la ESO y está a punto de empezar sus vacaciones.
Él y sus compañeros del IES Rosalía de Castro de Santiago de Compostela no daban crédito cuando Alberto Sacido les dijo que ese año no iban a tener exámenes ni iban a utilizar libros de texto. "Al principio pensaba que era una broma porque no creía que un profesor pudiera hacer eso, pero me gustó mucho la idea", confiesa ante Sacido en un encuentro con El HuffPost.
Para enseñar lengua y literatura, este profesor pensó convertir a sus 30 alumnos de 12 años en periodistas y hacer con ellos un medio online. "Abrí el curso leyéndoles el currículo que dice que el estudio de la lengua no es simplemente recitar normas gramaticales, sino que se trabaja con ella, sirve para expresar emociones y sentimientos y sirve también para investigar sobre la vida en general", cuenta. "Y eso es lo que haces con un proyecto como éste. Se siguen los criterios de los nuevos currículos que piden desarrollar competencias y no solamente la memorización", cuenta.
La idea, que les ha llevado a ganar el premio a mejor periódico junior en la XVI edición de El País de los Estudiantes, se enmarca dentro de las dinámicas del programa europeo ATS2020 (Assessment of Transversal Skills), en el que participan de modo experimental centros de 11 países. "Se trata de desarrollar más las habilidades de los niños, haciendo cosas en lugar de memorizando un libro de texto", continúa Sacido, que lleva desde el año 2000 aplicando este modo de trabajar de forma curricular en sus clases de Lengua Castellana y Literatura y que, en esta ocasión, ha convertido la creación de un periódico en uno de los proyectos principales de su programación didáctica".
"Al principio era un poco complicado porque nunca habíamos tenido este tipo de clases. Tuvimos que aprender poco a poco hasta que pudimos hacerlo más o menos bien", cuenta Iago Lema, para el que las clases con Alberto le han servido para aprender de sus propios errores y ser mucho más autónomo. "Como siempre hemos dado el otro sistema de clases, no nos resultaba difícil volver a las otras asignaturas. El cambio fue tener este tipo de clase", añade Teodora Ruso.
"Después de este proyecto me entraron más ganas de investigar y la verdad que me han despertado las ganas de ser periodista", añade Horacio. "Somos un poco más curiosos y un poco más autodidactas", añade Antía Tato. "Sí, porque aprendisteis a aprender por vosotros mismos. En otros casos es el profesor el que pone los errores en rojo y aquí son ellos los que se corrigen", añade Alberto, quien reconoce que no siempre es fácil llevar a cabo este tipo de proyectos aunque siempre se encuentra con algún profesor aliado en el camino.
"El director del Instituto me apoya muchísimo pero el sistema educativo está anclado en el siglo XIX. Libro de texto, memorización o aplicación de esa memorización... ¡A veces hasta en la educación física hay que memorizar! Es el colmo de los colmos", continúa Sacido, que en 2016 participó en el proyecto TEDxGalicia con la charla ¿Por qué soy un profesor pirata?, muy crítica con el sistema.
"El País de los Estudiantes lleva 16 ediciones, yo participé en siete ocasiones [con equipos de dos centros, el CPI de Bembibre y el IES Rosalía de Castro de Santiago] y veo que las cosas están igual o peor que cuando volví de Estados Unidos", donde se fue a estudiar COU y después estuvo siete años en la Universidad de Brown. Sacido lo cuenta mientras se echa las manos a la cabeza: "A mí me preguntan: '¿Para qué sirve la sintaxis?' No sirve para nada. Directamente. Ni la gramática entera. Tal como está planteada es un atraso. Porque los niños lo que memorizan hoy a los cinco días se les olvida".
Lo cuenta mientras reconoce que es muy difícil salir del sistema, "porque los propios alumnos a veces tienen dudas porque están acostumbrados a lo otro, luego hay una industria editorial muy potente con intereses, los padres... y por último los propios compañeros que están acostumbrados a trabajar así desde siempre".
La opción más viable hasta ahora era hacerlo como una actividad extraescolar, "pero lo innovador es encastrar esto en las dinámicas de trabajo de las clases de lengua", añade.
Las clases de Sacido cumplen con el diagrama de competencias transversales del programa ATS2020 [imagen superior] y se adaptan a la vez al currículo marcado por la Consellería de Educación de la Xunta de Galicia. "Lo que el programa llama aprendizaje autónomo, el currículo lo llama aprender a aprender; la alfabetización informacional sería la competencia lingüística", explica Sacido.
Sobre la comunicación colaborativa habla Antía, que lo resumen con estas palabras: "Después de este proyecto, somos una especie de familia, estamos todos bastante unidos, nos llevamos muy bien y no nos molesta que nos corrija un compañero porque sabemos que nunca va con mala intención. De no estar tan unidos sería diferente. No nos ayudaríamos tanto".
Llegado a este punto podría parecer que la asignatura y la edad de los alumnos ayudan a llevar a cabo este tipo de proyectos, pero Sacido tiene claro que no es necesariamente así. "Es verdad que conforme los cursos son menores o los cursos son más bajos, hay más posibilidad de trabajar de una manera más libre. La asignatura también ayuda porque en los textos periodísticos tienes toda la tipología textual, desde el texto dialogado a argumentativo de opinión o el texto expositivo en las noticias", aunque defiende que podría haberse hecho una revista científica con alumnos de esa asignatura u otro curso.
De hecho, no siempre tiene que haber un periódico de por medio. "Si les diese clase el año que viene estábamos hablando de que sería un taller de teatro, donde ellos crearían la obra, los escenarios, ensayarían, harían de actores y finalmente se representaría. Sería la literatura experimentándola en primera persona", cuenta ante la mirada de sus alumnos. "Supuestamente debería ser su último año con nosotros pero nos dijo que igual barajaba la posibilidad de seguir con nosotros el curso que viene porque hay veces que los profesores repiten. Ojalá sea así", añade Teodora.