González, acusado de espiar para Rusia, ha estado prácticamente incomunicado este tiempo, mientras se sucedían las críticas a la opacidad de las autoridades polacas.
El periodista español cumple ocho meses de encierro y aislamiento sin conocerse las pruebas que le imputan: “Nos enfrentamos al muro del Estado polaco”.
Fue detenido en Polonia el 28 de febrero y ya ha pasado a prisión provisional. En todo este tiempo, su abogado no ha podido hablar con él: "Es algo sin precedentes".