Contrario a la idea de que el cáncer tiene una lógica, es decir, que los individuos que desarrollan cáncer es porque han nacido con una mala combinación de genes o bien porque sus hábitos de vida han sido totalmente deterministas en la aparición de la enfermedad, lo que nos indican los datos de la secuenciación del genoma del cáncer es que el azar juega un papel importante en su origen.