En un mundo ideal, las primeras citas serían como en las películas románticas de Hollywood. Pero seamos honestos, una cosa son las películas y otra cosa es la vida real.
Los clientes interesados en ligar se ponen una pegatina y se dejan ver. Si alguien se fija en ellos, en la caja recibirán un mensaje o tarjeta. Y luego, a intentarlo.