Aleksandar Vucic habla de mayoría absoluta, mientras la oposición proeuropea pide que se repitan las votaciones en Belgrado. El país quiere formar parte de la UE.
La presidenta de la Comisión Europea pide, desde la capital kosovar, que Pristina conceda autonomía a la minoría serbia y que Belgrado reconozca a Kosovo.
Los serbios, mayoría en los municipios en los que se están registrando incidentes pero minoría en el país, no reconocen la autoridad de los nuevos regidores, de la mayoría albanesa en el resto de Kosovo. Las elecciones ya fueron boicoteadas.
Los serbios del norte de Kosovo se niegan a aceptar la autoridad de los alcaldes de cuatro municipios donde son mayoría y han salido a la calle de forma violenta.
Grupos de serbokosovares cortan carreteras con barricadas desde hace días mientras se escuchan disparos incluso cerca de la misión de la OTAN, la KFOR.
Las dos partes llegaron a un reciente acuerdo de distensión con la UE como impulsora, pero vuelven los roces y el peligro de choque, en el corazón del continente europeo.
“Serbia dejará de emitir matrículas con denominaciones de ciudades de Kosovo y Kosovo dejará de realizar acciones relacionadas con la rematriculación de vehículos”.
El 1 de septiembre acababa la moratoria de Pristina para aplicar medidas administrativas que rechazan los serbios de su territorio. Las negociaciones la han parado.
“Han entendido que no hay alternativa al diálogo para resolver este problema”, afirma el representante de Bruselas, pero nada más. La crisis de las matrículas se mantiene.