"Miro hacia aquellos escandalosos hijos de puta y le digo al camarero: 'He tenido que venir a una mesa que esté lejos'. Y el camarero, con ademán triste y elegante de viejo lisboeta, se encoge de hombros, sonríe melancólico y responde: 'Ya no hay mesas lo bastante lejos'".
La sentencia ha sido ejecutada en un escenario levantado delante de una mezquita en Banda Aceh, la capital provincial y ante varios centenares de personas.