El PNV cree estar ante una de esas oportunidades de tiempo. El terremoto político provocado por las elecciones generales y la necesidad de dar paso a un nuevo tiempo y a una nueva forma de hacer política, sitúa a los partidos políticos en un escenario de transversalidad inédito.
Muchos en toda España se exclaman: ¡Pero cómo pueden quejarse, con un nivel de autogobierno tan alto! ¡España es el país más descentralizado del mundo! ¡Cómo pueden quejarse de su Estatuto! Muchos en Cataluña responden: sí, un Estatuto tan estupendo como usted quiera... pero no es el que yo voté. Esa es, en mi modesta opinión, la herida que no se sabe cómo taponar.