Nos hemos acostumbrado a las vallas. Como en Melilla, cuya valla cumple 20 años, acumula más de 40 millones de euros en gastos y, aun así, no evitó que 18 subsaharianos la saltasen el pasado seis de febrero; o en Hungría, cuyo Gobierno planea añadir una segunda valla a su frontera sur para mantener alejados a los refugiados procedentes de Serbia y cuyo coste se sumará a los 227 millones de euros que acumula la primera.
El giro de acontecimientos del que vamos a ser testigos este año va a depender en gran medida de las decisiones en materia de energía y de las relaciones con el vecino Estados Unidos. Por alto que sea el elevado umbral de tolerancia de los mexicanos, el cúmulo de frentes abiertos del Gobierno hoy puede agravar las protestas en los próximos meses y forzar cambios
Estaba en El Salvador, ese país que forma parte de una de las regiones más desconocidas del planeta, cuando disputaban México y Chile los cuartos de final de la Copa América. Los chilenos vencieron 7-0, humillando a la selección mexicana, y los salvadoreños lo celebraron con regocijo y euforia: "Nos tratan muy mal allá y los mexicanos son muy prepotentes con nosotros", explicaban los salvadoreños.
Hace ya tiempo que las únicas y escasas buenas noticias procedentes de esta UE en crisis cronificada, en un contexto de tremendas dificultades, provienen bien del Parlamento Europeo o bien del Tribunal de Justicia. A esta institución, que es la máxima garantía jurisdiccional de la UE, corresponde la función de asegurar la primacía, eficacia directa e interpretación del Derecho europeo
El 5 de marzo de 1946, Winston Churchill advirtió: "Desde Stettin en el Báltico, hasta Trieste en el Adriático, un telón de acero ha descendido sobre el continente europeo". Setenta años después, un nuevo telón de acero desciende sobre Europa, hecho de alambre de cuchillas y de políticas de asilo fallidas.