Un informe pide actuar con más interés no sólo en casos de explotación sexual, sino también en matrimonios y mendicidad forzados y tráfico para servicio doméstico.
Entre ese laberinto de casas, de prostibares, de personajes que captan a las chicas, las trasladan, negocian con ellas como si fueran carne, se desarrolla parte de Puta no soy (otra parte se localiza en Europa). Para denunciar que esta vejatoria esclavitud siga existiendo en el siglo XXI.
La prostitución vendría a ser la prueba más evidente de la estrecha conexión que existe entre patriarcado y capitalismo, la cual se ha visto reforzada en los últimos años por las lecturas neomachistas del primero y neoliberales del segundo. Una suma que provoca un aumento dramático de la vulnerabilidad de las mujeres y una más que evidente feminización de la pobreza.
Me parece interesante, y a la vez un ejercicio de cinismo, la entrada de la prostitución en el cómputo del PIB de los países de la UE. Sobre todo porque seguramente esta entrada no va a suponer la obligación de realizar cambios legislativos tendentes a normalizar esta profesión.