Lo peor es tener miedo: si la respuesta de la UE a los enormes desafíos que tenemos por delante se basa en el miedo, no saldremos bien parados. En ese caso, ganarán la partida los que juegan con el temor y la angustia de la ciudadanía, precisamente quienes representan la mayor amenaza política a la que nos enfrentamos: los partidos de extrema derecha y perfil populista que promueven un discurso antieuropeo, racista y xenófobo y, mal que nos pese, avanzan electoralmente en muchos países.