Durante tres años, las mujeres tenían que cubrirse totalmente de negro, los hombres debían llevar barba, la cirugía estética era un "pecado" y los centros de belleza cerraron. Ahora, los implantes capilares y los estiramientos faciales causan furor en Mosul. Apenas unas semanas después de la liberación en julio de 2017 de esta gran ciudad del norte de Irak, que vivió varios años bajo el yugo del grupo yihadista Estado Islámico, aparecieron ya las primeras clínicas de estética. En total se abrieron cinco establecimientos en menos de año y medio en Mosul, donde surgieron llamativos rótulos elogiando los méritos del láser, de las inyecciones y de los diferentes métodos quirúrgicos para redefinir el rostro, hacer que vuelva a crecer el cabello o atenuar las marcas de la piel.