Trump urge a los países europeos a repatriar a los combatientes del ISIS capturados en Siria
Amenaza con dejarlos libres si los estados de donde partieron no se encargan de ellos para juzgarlos.
"Hacemos mucho y gastamos mucho: es hora de que otros den un paso adelante y hagan el trabajo que son capaces de hacer". Con esta frase, el presidente de EEUU, Donald Trump, emplazó este domingo a sus socios europeos a hacerse cargo de al menos 800 combatientes del autodenominado Estado Islámico, soldados y sus familias capturados en Siria con los que Washington no sabe qué hacer.
La Casa Blanca anuncia la inminente caída del Califato y dice que cada palo debe aguantar su vela, se niega a seguir pagando la custodia de estos islamistas y pide a Reino Unido, Francia, Alemania o Bélgica -de donde partieron la mayoría de los seguidores del ISIS que se enrolaron en Siria e Irak- que se lleve a sus nacionales y los juzgue en su país. Si no lo hacen, se verá "obligado" a soltarlos, dice Trump.
Estas son las claves para entender un ultimátum que Europa afronta sin una estrategia común y con el temor a nuevos atentados.
"¡Nos retiramos tras una victoria del 100% sobre el Califato", escribió Trump en Twitter este fin de semana. Así, eufórico, daba cuenta de lo que vende como la victoria final sobre el ISIS. Cuando dice que está "listo para caer" es porque sólo queda un bastión por vencer, la ciudad siria de Al Baguz, último enclave en manos del ISIS, donde se cree que resisten unos cientos de extremistas y pero también civiles atrapados, unos 300, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Esa mezcla de grano y paja es la que está haciendo que el avance final de las tropas de EEUU y sus aliados kurdos sea más lento y no se haya anunciado la victoria definitiva. Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), la alianza local liderada por kurdos en la que se apoya EEUU, ha dado este lunes un plazo de dos días, hasta el 20 de febrero, para que los yihadistas se rindan. Si no lo hacen, reanudarán los ataques para terminar con su presencia, informa la Agencia EFE.
Para Trump es cosa hecha, cuestión de días, y por eso ha lanzado esta amenaza a los países europeos de los que se cree que salieron unas 6.000 personas desde 2011, entre combatientes, esposas e hijos. Hoy hay unos 4.000 detenidos, de los que más de 800 son europeos. Esos son los que Trump quiere que se lleven sus respectivos países. "Estados Unidos pide al Reino Unido, Francia, Alemania y otros aliados europeos que se hagan cargo de unos 800 combatientes del ISIS que nosotros capturamos en Siria y que los sometan a juicio. (...) La alternativa no es buena, porque estaríamos obligados a liberarlos...", escribió en Twitter el presidente republicano.
Las palabras de Trump no han gustado mucho en Europa. Los países que tienen nacionales enrolados en el Daesh se ven atrapados entre el derecho que tienen esos ciudadanos de ser juzgados en su país, con un proceso justo que revise lo que han hecho o no en las filas de los yihadistas, pero a la vez temen el retorno de personas radicalizadas que puedan intentar atentar en suelo europeo. Y a ello se suma la complejidad del proceso: ¿son efectivamente suyos esos detenidos, como dice EEUU? ¿Cómo se les identifica? ¿Cómo se hace el más mínimo trámite consular para su devolución si no hay ni legaciones diplomáticas dentro de Siria?
(Puedes seguir leyendo tras el vídeo...).
El ministro de Justicia de Bélgica, Koen Geens, fue el primero en reaccionar al llamamiento estadounidense. Abogó por una "solución europea" para la repatriación de los combatientes, por una postura común y garantista. "Lo mejor es encontrar una solución conjunta, con el mayor de los apoyos posibles y que represente el menor de los riesgos", declaró para el canal VRT. Lo que está claro es que no se les puede soltar porque sí, avisó, aunque sea "un número muy limitado" de belgas, insistió. En Bruselas quieren un enfoque europeo, como en Holanda, donde el debate ya está generando problemas en la coalición de Gobierno y donde Exteriores ha dicho que no los aceptará de vuelta.
La ministra de Justicia de Francia, Nicole Belloubet, ha dicho directamente que no se está planteando acatar la orden de Trump, que seguirán estudiando caso a caso la vuelta de cada yihadista o allegado que llegue a su conocimiento, tal y como se ha hecho hasta ahora. Según los medios de comunicación franceses, el gobierno está trabajando en un plan para recuperar a más combatientes y enjuiciarlos ellos mismos, pero aún no se ha tomado una decisión oficial al respecto.
Alemania ha reconocido que está en conversaciones con Washington, aunque no ha adelantado nada más de esos contactos, que también tiene con París y Londres, con quienes trabajan "en estrecha coordinación". El portavoz del Ejecutivo de Berlín, Steffen Seibert, muy poco preciso, dijo que se "observa con detalle" la situación y se plantea cómo abordarla. En su caso, los retenidos en manos de EEUU y los kurdos son menos de un centenar de alemanes. Desde 2013, partieron a la zona de combate en Siria e Irak 1.050 ciudadanos alemanes y que de ellos un tercio regresó ya a territorio alemán, y alrededor de 200 murieron.
Según dijo el portavoz este lunes, "fundamentalmente todos los ciudadanos alemanes tiene derecho a regresar a Alemania" y a responder en su país ante la Justicia. Pero hay problemas prestar asistencia consular a los detenidos, ya que Alemania no cuenta con representación diplomática en Siria, lo que también impide confirmar la ciudadanía de los presuntos retenidos alemanes, y tampoco hay acuerdo de extradición ni con Siria ni con Irak, una situación calcada en el resto de Europa.
Reino Unido se desmarca. Cree que los combatientes sirios deben ser juzgados en el país donde han cometido sus crímenes, esto es, Siria o Irak. "Deben ser llevados ante la justicia de acuerdo con el procedimiento legal adecuado y en la jurisdicción más adecuada, si es posible, la región donde cometieron los crímenes", dijo un portavoz de la primera ministra británica Theresa May, citada por Reuters, agregando que el gobierno "hará todo lo posible por garantizar la seguridad del país". Según el ministro del Interior, Sajid Javid, Londres ha retirado la ciudadanía a un centenar de presuntos yihadistas combatientes en Siria con doble nacionalidad británica y de otro país. Unos 900 se han sumado a las filas del Estado Islámico en estos años, añade.
El Gobierno, formalmente, ha recibido aún la petición de EEUU, así que espera que Washington le diga cuántos españoles tiene y dónde se encuentran, porque de partida la información de Inteligencia con que cuenta nuestro país no tenía localizados efectivos detenidos en esta ofensiva final contra el ISIS.
Con fecha diciembre de 2017, se había contabilizado que unos 200 hombres y una veintena de mujeres habían viajado desde España a Siria e Irak, lo que técnicamente se conoce como la figura de combatiente terrorista extranjero. En su mayoría se trataba de marroquíes con permiso de residencia en España. Interior calcula que 40 han muerto en combate y siete en atentados suicidas; 34 volvieron a España. De ellos, 13 están en la cárcel.
En diciembre pasado, Estados Unidos anunció el retiro de las tropas desplegadas en Siria -de las que se estiman hacen parte unos 2.000 efectivos-, después de que Trump proclamara la derrota completa del ISIS en el país árabe.
Pese a que la coalición internacional que combate el yihadismo en Siria e Irak estima que el EI ya solo domina un 1% del territorio que llegó a controlar en 2014 y que apenas cuenta con un puñado de miles de combatientes, mandos militares prefieren la moderación.
(Puedes seguir leyendo tras la foto...).
Dos de los principales dirigentes militares en Oriente Medio, el general Raymond Thomas y el subsecretario de Operaciones Especiales del Departamento de Defensa, Owen West, señalaron el jueves en una audiencia ante el Comité de Servicios Armados del Senado que el grupo terrorista aún representa una amenaza en Siria. A su vez, el general Joseph Votel, máximo responsable de las tropas estadounidenses en Siria, alertó el viernes del poder de convocatoria del grupo terrorista gracias a su "poderosa ideología", lo que consideró podría facilitar su resurgimiento.
Naciones Unidas avisa: el Daesh continúa siendo una amenaza para la paz y seguridad internacional, a pesar de que se redujera el número de ataques y no domine el mismo terreno. "Pese a una actividad más escondida o circunscrita a comunidades locales de las células de Estado Islámico, el liderazgo central mantiene su influencia e intenta generar ataques internacionales. Mantener ese liderazgo es crucial para los objetivos del grupo", ha subrayado el director de la oficina de Naciones Unidas para la lucha antiterrorista, Vladimir Voronkov.