A la universidad española aún le queda un largo trecho para ponerse a la altura que debería ocupar, en virtud de la riqueza y peso internacional del país. La disfuncionalidad se encuentra en un modelo de contratación que ha favorecido la endogamia: el 73% de los profesores ejercen en donde estudiaron.
La educación une a los pueblos y a la gente. La educación es una de las claves para el futuro y éxito de un país. Sin embargo, visto el panorama en España, parece que nuestros dirigentes no piensan igual. Quitarle becas y ayudas a los estudiantes para poder tapar agujeros, satisfacer a Europa.
La supresión de la prueba de selectividad favorece nuestra adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior, homologando el sistema español con el británico, el francés o el alemán y eliminando el mayor escollo hacia la internacionalización universitaria.