Alemania es pobre, pero no en cuestión de productos, servicios, ingresos o capital. Alemania es pobre en cuestión de oportunidades para el futuro. El motivo es simple: en el futuro, los adultos, niños y recién nacidos de hoy tendrán que pagar las deudas y las obligaciones que se están contrayendo en la actualidad. La situación es más complicada de lo que parece.