La decisión de abandonar Europa y centrar sus operaciones de producción de baterías en Marruecos también ha provocado la disolución de la filial local del grupo
La Administración ha acelerado la expropiación del suelo escogido por el fabricante de coches eléctricos y baterías para construir su gigafactoría en España.
Las empresas adscritas al pacto invertirán un total de 10.000 millones que irán destinados, entre otras iniciativas, a la nueva gigafactoría de baterías de Sagunto (Valencia).
El desarrollo del coche eléctrico resulta imperativo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, un tema sobre el que cada vez está más claro que hemos de actuar de forma decidida y urgente. Además, el coche eléctrico debe contribuir a garantizar la independencia energética de Europa.
Es la crónica de una muerte anunciada: el coche eléctrico se muere. Al menos, el coche eléctrico como lo entendemos hoy y como algunos dirigentes políticos clarividentes han querido imponer.