Garantizar mejores condiciones de desarrollo y uso de esta tecnología innovadora, con enorme potencial pero también riesgos, es la base de la normativa, pionera en el mundo.
La normativa europea al respecto podría tardar hasta tres años en ser una realidad, así que al menos ahora se proponen unas pautas para evitar riesgos.
Los partidos han reiterado su deseo de regular el desarrollo y el despliegue de la IA pero aún no se emplea, por ejemplo, en mejorar la llegada de sus mensajes o profundizar en el análisis de los datos más allá de las encuestas tradicionales.
Como con cualquier otro tipo de aplicaciones,, los ciberdelincuentes no han tardado en subirse al carro y crear estafas orientadas a los usuarios de estas herramientas.